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miércoles, 18 de octubre de 2017

ULTRA TRAIL GUARA SOMONTANO (103 km 6000 D+)

Después de un verano lleno de excesos a base de festivales y fiestas patronales y con muy pocos kilómetros en las piernas, tocaba empezar la temporada. La mejor manera (o la más temeraria) de romper de lleno con todo, es arrancar a lo grande: Ultra Trail Guara Somontano era la elegida. Iba a pasar de 0 a 103 en 3 meses, como un buen Ferrari.

Desde el 6 de julio, con mi abandono en la Ehunmilak, no había hecho prácticamente nada. Un par de salidas al monte por los Picos de Urbión, Juslibol y poco más. El verano para mi es innegociable. Los corredores profesionales tienen una temporada concreta de carreras pero los amateurs nos pegamos corriendo todo el año. El cuerpo y la cabeza necesitan descanso para volver a recargar pilas. Hay que parar un tiempo para volver a encontrar la motivación.

Mi parón me había sabido a gloria. Es más, me daba mucha pereza volver a calzarme las zapatillas. Siempre me pasa lo mismo pero sabía que en cuanto sonara el primer pistoletazo de salida, todo iba a cambiar. Volvería mi espíritu "runner". No llevaba una preparación previa correcta, tendríamos que tirar del poso que acumulan mis piernas.

Nos presentamos en Alquezar mis compañeros de ANDANDAEH Quique, Vanesa, Natalia y un servidor. Nos esperaban por delante 103 km y 6000 D+ por tierras del Somontano. Una carrera que me hacia especial ilusión ya que mi madre es de esta zona. Aunque rápidamente el fin de semana se empezó a torcer. La noche previa, Vanesa se empezó a sentir mal. Los nervios de su primera 100k más un mal estar general le dejó hecha polvo, sin poder cenar nada y con las fuerzas bajo mínimos. Menos mal que en el restaurante donde cenamos (Restaurante Vino Tinto) le trataron como a una reina a base de manzanilla, crema casera y refresco de aloe vera, todo un descubrimiento ¡Muchas gracias por vuestra hospitalidad!

La mañana amaneció fresquita pero perfecta para la practica del trail running, dicen que en esta carrera siempre hace buen tiempo pese a las fechas y el lugar. Vanesa seguía con mal cuerpo y en ayunas, eso no le impidió que se plantará en la linea de salida. A coraje no le gana nadie. Entre risas y reencuentros se acercaba la hora de empezar. En 3, 2, 1, comienza otra nueva temporada.

Las dos primeras horas serían aún bajo la luz de la luna, una pena ya que este tramo discurría por uno de los parajes más espectaculares de la zona, las pasarelas del Vero. Por suerte, nos acompañaba luna llena y la situación se tornaba mágica. Físicamente me encontraba bien, no quería forzar estos primeros kilómetros, una vez amaneciera imprimiría más ritmo, aún quedaba mucho tiempo.


Canofotosports
El día anterior, una inconsciencia por mi parte, me apunté a una clase dirigida en el gimnasio y me dio un pinchazo en el gemelo izquierdo. La molestia no se me iba y tenía miedo que en la carrera acabará de fastidiarse. Por suerte, aunque notaba algo de dolor, la cosa no iba a más.

El primer momento exigente nos lo encontraríamos en la subida al Mascún (35km). Aquí me encontré con mi amigo Medina, con el que intermitentemente, iba a realizar toda la carrera. Este primer desnivel y su consiguiente descenso me dejaron bastante mermado. Aquí cambie mi plan, pasé de pensar en hacer un buen tiempo a solamente acabar. Es la primera Ultra después del verano y no era necesario forzar. Ya lo daríamos todo en posteriores carreras, cuando la preparación fuera la ideal.

Aquí ya empecé a perder a Medina, que me gritaba en la lejanía que le siguiera pero poco a poco lo dejé de escuchar (Y mira que es raro). Durante los siguientes kilómetros y bajo un calor asfixiante, fueron apareciendo nuevos compañeros de viaje. En estas carreras sueles coincidir mucho tiempo con las mismas caras, te vas adelantando constantemente. En mi caso, avanzaba en las subidas pero era facilmente alcanzado en los descensos. Soy el Moussambani de las bajadas. El día que consiga perder el miedo a caerme, otro gallo cantará.

En el avituallamiento de Otín (55km), ya habíamos pasado los escollos más duros de la carrera. Presumiblemente, llegaba una zona de falso llano ideal para mis características. Lo malo de esta zona de media montaña es que el terreno está lleno de piedras. Por mucho que quieras correr, éstas te lo impiden. Tienes que ir muy atento a donde pisas, cualquier despiste puede acabar contigo de bruces al suelo o con una torcedura de tobillo. En el kilómetro 68, después de reponer fuerzas en las Bellostas, me entró el subidón. Habíamos formado un grupo de 4 personas pero tenía que aprovechar mi momento. Empecé a subir el ritmo. Aunque haga estas locuras, yo vengo del asfalto por lo que zonas llanas son un alivio para mi y tengo que aprovechar para ganar tiempo.


Canofotosports
Me volví a encontrar con Medina, que contrariamente a mi, odia estos tramos. Me dijo que estaba pensando en abandonar. Le animé a que no lo hiciera, ya no quedaba nada para acabar. En el avituallamiento del Mesón de Sevil (88km) nos volvimos a reagrupar y ya realizamos la última parte juntos. Formamos un matrimonio muy liberal, empezamos juntos, luego cada uno tuvo su espacio para festejar por su cuenta pero al final acabamos unidos otra vez.

En el kilómetro 88 se hizo de noche, tocaba volver a sacar el frontal. Los voluntarios nos aseguraron que ahora tocaba afrontar un largo descenso por pista. Se me iluminó la cara de alegría pero duró muy poco. Al poco de empezar a descender, nos desviaron por un cortafuegos, metiéndonos de lleno en una bajada bastante técnica. Si le sumas ésto, a la noche y que mis piernas ya eran como dos patas de madera ya os podéis imaginar el vía crucis que pasé. Yo creo que a los voluntarios aún les deben de pitar los oídos de lo que me acordé de ellos.

Una vez llegado a Radiquero, solo nos quedaban 5 kilómetros. Las fuerzas estaban justas, pero si vas con Medina, las risas no faltan. Los propios voluntarios nos dijeron que eramos los corredores más graciosos. Y así, mezclando carcajadas y dolores, cruzamos la meta fundidos en un abrazo. Como todos sabéis, llegar a meta en un Ultra es una satisfacción enorme pero si la haces acompañado, podemos decir que es casi insuperable.


Canofotosports
En un pronostico antes de empezar, dije que iba a tardar 19 horas y así me planifiqué las comidas pero al final hice un inesperado 16:23. Como venía del verano sin entrenar, había sido muy conservador. Al final, el que tuvo, retuvo. Este resultado me da mucha confianza para afrontar la Haria Extreme Lanzarote a la que llegaré en mejor estado de forma.

Mi alegría fue grande a la hora de acabar la carrera pero aún lo fue más cuando me dijeron que Vanesa seguía en la batalla. Menuda luchadora está hecha, a pesar de todas las adversidades, consiguió acabar su primera Ultra. ¡ENHORABUENA! Has dejado claro que no hay reto que se te resista.

A partir de ahora, ya podemos decir que doy por empezada la temporada. Tocará mirar todos los meses el calendario y hacer hueco a nuevas carreras y retos. El primero de ellos será acabar la Spain Ultra Cup y empezar el 2018 con el Maratón de Tarragona donde intentaré mejorar mi marca personal. ¡HE VUELTO!

!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 16:23:29
Puesto: 61
Participantes: 201

                                     BANDA SONORA DE LA CARRERA


RECOMENDACIONES:
  • Donde dormir: Debido a la dificultad que tuvimos para dormir en Alquezar, decidimos buscar un pueblo cercano. Al final nos alojamos en el Albergue Crux, en Adahuesca. Fue todo un acierto porque nos trataron de maravilla. Para repetir











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