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miércoles, 22 de mayo de 2019

EH MENDI ERRONKA (67km 4000 D+)

El año pasado participé en "Nafarroa Xtreme" y me quedé enamorado. Los montes al norte de la provincia de Pamplona me encandilaron. Hasta día de hoy, sigo diciendo que es la zona más bonita donde he corrido. Para 2019 tenía que seguir explorándola y decidí apuntarme a la "Eh Mendi Erronka".

Esta prueba se celebra en Leitza sobre un trazado de 67 kilómetros y 7200 metros de desnivel acumulado recorriendo la sierra de Aralar. Zona espectacular pero con un gran inconveniente: la climatología. Para conseguir los bosques esa belleza, es necesaria mucha humedad y lluvia. Había muchas posibilidades de que el agua fuera una participante más y...así fue.

El día anterior hubo precipitaciones, tormentas e incluso nieve en toda la parte norte de la península. Carreras como "Los 10.000 del Soplao" tuvieron que recortar el recorrido, incluso tuvo que suspenderse el "Desafío El Cainejo". Nosotros tuvimos más suerte. Las íbamos a pasar canutas pero por lo menos podríamos correr.

Cuando la organización debe aumentar el material obligatorio no es buena señal. Así nos presentamos en la linea de salida. Mañana con muy buena temperatura pero justo 10 minutos antes de arrancar, empezó a llover. Tuvimos que refugiarnos bajo la carpa o el portalejo de la plaza. Solo unos valientes aguantaban el lado del arco de meta. Tocaba sacar el impermeable y cruzar los dedos para que no durara mucho.

Como es tradición, la aventura va precedida de un aurresku que no puedo ver pero si sentir. Aplausos, cuenta atrás y empezamos. Unos primeros kilómetros en continua subida, primero por carretera y luego por sendero amplio, perfectos para alargar el pelotón sin agobios.

Quiero contar que soy enemigo acérrimo de los bastones. Se todas las cualidades positivas que aportan. Mayor equilibrio, descarga de los músculos de la espalda, economía de esfuerzos pero si no los usas, son terriblemente incómodos......los de los demás. Si ya es difícil ascender en pelotón, imaginaros lidiando con ellos. Es como si cada corredor tuviera 4 piernas. Además, mucha gente no los usa correctamente. No te niego que en un futuro no los llegue a utilizar pero a día de hoy, nuestra relación está inmersa en una profunda crisis.

Aguantando el chaparrón. Fotos de Festak

EL primer tramo pasa rápido. Ha dejado de llover y solo hay que lidiar con el barro acumulado. A estas alturas lo veo hasta divertido. La humedad es alta. Llevar el impermeable puesto no ayuda pero decido esperar a quitármelo hasta llegar al avituallamiento del kilómetro 18 en Gaintza. Reponemos líquidos y tocaba afrontar la parte más dura de la carrera. Un "Kilómetro Vertical" que a su vez es Campeonato, con clasificación a parte. Siempre me resulta curioso esta denominación. Lo llaman así pero luego te pegas subiendo 5 interminables kilómetros. Es engañoso y puesto a mala baba.

Según vamos ascendiendo, el barro se hace más abundante. Empieza a ser difícil mantener el equilibrio. Tanto es así, que en el suelo se mezclan pisadas de zapatillas con huellas de manos. Subimos despacito y sin arriesgar, ya habrá tiempo para correr.

Hacemos cumbre a 1431 metros de altura, avituallamiento posterior y empieza el descenso. Las zonas de bajada se alternan entre amplias laderas verdes y frondosos bosques. Enseguida nos introducimos en uno de esos bosques que tanto me habían encandilado el año anterior. Cuando descendemos por zonas así siempre me transporto a un videojuego. Me siento el personaje principal y únicamente tengo que jugar. Viene un charco, doy a la "X" para saltar. Cuidado, botón de agacharte, árbol a la vista. Presionar "L1", turbo en acción para adelantar a un compañero. Quien se aburre es porque quiere.

Van pasando los kilómetros de forma más o menos cómoda.Tocaba afrontar la segunda subida seria y me encontraba bien físicamente. Aquí el nivel de l@s corredores es brutal. Pese a encontrarme bien, la facilidad con la que se mueven los demás es pasmosa. Solo queda disfrutar y aprender. Hablando de disfrutar. No deja de sorprenderme la devoción que hay por este deporte en Navarra y País Vasco. Están a años luz del resto de comunidades. Da igual, el frío que haga o lo intrincado del lugar, que siempre hay un aficionado animándote. Me quito el sombrero. Así hacer cumbre es mucho más fácil. Con una sonrisa de oreja a oreja coroné Putzuzar (33km) rodeado de aplausos. 

Haciendo como si corro. Fotos de Festak

Ahora un largo descenso hasta Lekunberri (45km) donde estaba el avituallamiento principal. Las bajadas que antes me parecían un videojuego, van tornándose en un libro muy denso. El barro, poco a poco, va minando mi moral. Hay zonas con cuerdas para que, literalmente, no caigas rodando. Menos mal que tengo las "Hoka Speedgoat 2". No me gustan mucho pero en zonas así vienen como anillo al dedo. Pese a mantenerme siempre en pie, mi cabeza va desconectando...

Llegamos a Lekunberri. Espero que con el plato de pasta todo mejore. Haciendo un pequeño paréntesis, quería dar la enhorabuena a la organización por su concienciación con el medio ambiente. Han intentado eliminar todo el plástico posible de los avituallamientos. Incluso han creado vasos reutilizables específicos para la ocasión. Yo, enamorado por igual de los festivales y las carreras, estoy encantado con poder ampliar mi colección. Disfruto mucho tomando mis batidos recuperadores en vasos del "Rototom" o un calimocho bien frío sobre un recipiente de "Haría Extreme Lanzarote". Soy un chico de contrastes.

Después de reponer energías tocaba una zona más o menos fácil. Trote ligero para que asiente la comida y mirar el mapa para ver que nos espera. Observándolo, ya hemos pasado la parte más dura. Ahora todo era coser y cantar....¡ERROR! Estas carreras son impredecibles. Lo más accesible se puede tornar en infernal. Empezó a llover y hacer frío. La lluvia azotaba con fuerza lateralmente, dañando la cara. El barro ya me había ganado por completo la partida. Ni los bosques conseguían alegrarme.

Con todo lo fiel que soy a la planificación nutricional, ya pasaba de ella. Los charcos ni los evitaba. Solo buscaba el reloj y ver como se iba acercando al kilómetro 67. Lo bueno de todo esto es que he conseguido superar toda la carrera sin caerme (Ahora es cuando vienen los aplausos). Ante todo, lento y precavido. Estas competiciones son las que te curten de verdad.

Aventura superada

Llegué a meta apenas pasadas las 9 horas de carrera. Justo lo que había planeado. Las inclemencias del tiempo han sido determinantes. Si nos hubiera acompañado un poco más la suerte, habría llegado mucho antes. Me llevo una sensación agridulce. Se que en condiciones normales me habría encantado la carrera. Es perfecta para mi. No obstante, las últimas 3 horas me han dejado bastante tocado. Toca recuperarse mentalmente. Hacer un pequeño descanso de competiciones y centrarme en entrenamientos sin presión.

Sin duda volveré. Necesito correrla sin barro y disfrutar como un enano.


 !Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 09:11:05
Puesto: 140
Participantes que acabaron: 460

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miércoles, 15 de mayo de 2019

III TRASCHINEPRO TRAIL (21km 1000 D+)

Arrancamos las segunda jornada de mi particular festival de Trail and Job. Ayer acabamos con muy buenas sensaciones el "V Desafío Herrerino" pero con una invitada sorpresa, una ampolla en el talón del pie derecho. Durante toda la jornada laboral, la mimé para que no fuera a más y así poder disfrutar de la mañana del domingo en la "III Traschinepro Trail".

Esta vez me desplazaba a la localidad oscense de Caldearenas. Nos esperaba un recorrido de 21 kilómetros totalmente nuevo para mi. Antiguamente, las carreras denominadas "Fell Races" consistían en subir y bajar una montaña lo más rápido posible. Tenías que tener mucha resistencia para afrontar la gran ascensión y luego dominar la técnica de bajada sobre la misma distancia. Una modalidad muy exigente. Hoy nos íbamos a enfrentar a una prueba similar: 13 kilómetros de continua subida desembocando en 9 más de descenso vertiginoso.

Amanecí con las piernas ligeramente cansadas del esfuerzo del día anterior. No obstante, mi gran preocupación era la maldita ampolla. Confiaba en el recorrido. En el primer tramo, al hacerlo ascendiendo, no me iba a repercutir mucho. Cuando el desplazamiento es hacia arriba, la pisada, desde el apoyo hasta la impulsión, se realiza casi en su totalidad solo con el metatarso. El talón queda menos expuesto. Cuando toque descender, ya veremos lo que pasa...

¡Viva la naturaleza!

Ya en la linea de salida había mucho nivel. Hay premio en metálico para los primeros clasificados y un extra para el que consiga el récord de la prueba. Alicientes suficientes para la concentración masiva de galgos.

Hoy tocaba esconderse en medio del pelotón y disfrutar del recorrido. La salida se llevaba a cabo por la famosa Senda de Izarbe. Una ruta perfecta para hacer con los más pequeños de la casa ya que las piedras están decoradas por la artista Maribel Rey. Curiosamente, mi sobrina se llama Izarbe y estuvo aquí hace apenas 2 semanas. Me hacia especial ilusión recorrerla aunque siendo sinceros, solo fui capaz de ver una pintura. Suficiente tenía con no desfallecer...

Esta vez si me lo había planteado como un entrenamiento. Estudiando el recorrido, me puse como objetivo correr sin parar hasta el primer avituallamiento del kilómetro 5. Lo conseguí, repusimos energía y bajo las "reconfortantes" palabras del voluntario: -¡Ahora empieza la subida! -, emprendimos la marcha. - ¿Y lo de antes que era? - Me pregunté, totalmente empapado en sudor.

Recogida de dorsales

No le faltaba razón. Enseguida dejamos la pista atrás y nos introdujimos en un frondoso bosque con una inclinación que cortaba la respiración. Tocaba andar, apoyar las manos en los muslos a modo de impulsión y apretar los dientes. Un lugar tan bonito como duro y sabiendo que aún quedaban 7 kilómetros de subida.

Viniendo en el coche, sonó la canción FUEGO de Bomba Estéreo. En una de sus estrofas citan: - Ahora te canto pá que te de la calentada -. Mientras sufría en el ascenso, dicha canción sonaba en bucle en mi cabeza. Menuda calentada más tonta, así sin quererlo.

En un momento dado, llegamos a la altura de una fotógrafa. Ahora empezaba un largo cresteo con algo de trampa. Varios repechos de nivel conformaban el recorrido. Eso si, acompañados por unas vistas majestuosas. Peña Oroel y el Pico Peiró nos vigilaban. Ha costado sudor y lagrimas llegar hasta aquí pero ha merecido la pena.

En el kilómetro 13, avituallamiento y empieza el descenso. A las primeras de cambio ya me di cuenta que iba a ser una ardua tarea. Varios factores se unieron para desencadenar en un ritmo lento y torpón. La ampolla me molestaba bastante. Según la pisada, sentía como si tuviera un mini corazón palpitando en mi talón. Tenía que cambiar el apoyo. Mi técnica, nefasta de por si, se hacía ilegible. Tocaba tener paciencia y ver compañeros adelantarme con suma facilidad. ¡Que envidia! 

El desenlace final consistía en 2 kilómetros de falso llano por una pista hasta volver a Caldearenas. Llegar, reponer energías y hacer la reflexión final. Carrera diferente, con un recorrido exigente envuelto en un gran paraje. Evidentemente, no se adecua a mis características. Yo necesito zonas donde poder correr y exprimir mis puntos fuertes pero en el "Trail Running" hay que probar de todo. Carrera muy familiar, de las que me gustan a mi. Cerveza al finalizar, gran camaradería entre corredores, duchas portátiles en mitad de la recta final y un gran rancho que por segundo día consecutivo no puedo disfrutar. Me tengo que ir a trabajar. Próxima parada: Eh Mendi Erronka.   


 !Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 02:21:23
Puesto: 40
Participantes: 125

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lunes, 13 de mayo de 2019

V DESAFÍO HERRERINO (26km 1000 D+)

Este fin de semana tocaba trabajar. Mi cóctel perfecto para estas ocasiones es combinarlo con alguna carrera compatible con mis horarios y ubicación. Después de una pequeña búsqueda (Hoy en día no hay ningún problema para encontrar opciones) di con las 2 elegidas: "V Desafío Herrerino" y "III Traschinepro Trail".

La encargada de abrir el telón se celebra la mañana del sábado en la localidad zaragozana de Herrera de los Navarros. Me encanta cuando se celebran este día. Así luego tienes todo el fin de semana para hacer lo que quieras (Esta vez, no era mi caso). ¡Organizadores del mundo, quiero más competiciones en sábado y descansar el domingo!

Había 3 distancias a elegir: 8, 14 y 26. Fiel al lema de mi club ANDANDAEH: Siempre a la más larga, me quedé con la última. En Zaragoza tenemos un gran problema para poder entrenar desnivel. Las opciones son volvernos locos subiendo y bajando por la zona de Juslibol o Valdespartera o desplazarnos en coche un largo trayecto. A mi particularmente me da mucha pereza, más si tengo que hacerlo solo, por eso me parecen ideales este tipo de carreras. A parte de competir, ver muchos amigos y pasar una gran mañana, también complementan mi entrenamiento semanal.

Una vez llegué a la zona de salida, empezamos a coincidir los mismos alocados de siempre. Todo eran felicitaciones por mis carreras anteriores. Tanto, que me veían como favorito para la que nos atañe. Yo no me sentía en esa posición pero sembraron ilusiones en mi cabecita. Las expectativas generadas hicieron que me colocase en primera linea en la salida. Arrancamos y me puse en el pelotón de cabeza.

Los primeros minutos, en continua subida, ya se encargaron de ponerme en mi sitio. El favorito Marcos López se alejaba y con él, compañeros como Héctor Gil y José. Intenté seguirlos pero la respiración se me entrecortaba. Las piernas estaban aún en modo reposo. Siempre lo digo y cada día me reafirmo más. Mi cuerpo está preparado para carreras de ultra distancia. En este tipo de competiciones tan explosivas, sufro mucho en la primera parte de la prueba. Tengo un motor que le cuesta entrar en calor pero una vez que está en funcionamiento, su durabilidad es muy amplia.


Haciendo el cabra. Fotos de Carolina Gay
Analizando la situación, decidí cambiar de objetivo y disfrutar de un paisaje nuevo para mi. La primera subida, la más exigente de todas, finalizaba en la Ermita de la Sierra de la Virgen de Herrera. Según ascendíamos, el frío y la niebla se volvían más intensos. Intenté hacerla corriendo pero no fui capaz. Es curiosa la forma de actuar de los corredores. Andamos y corremos según lo que haga nuestro antecesor. En mi caso, sentía un gran alivio cuando frenaba y lo odiaba cuando volvía a arrancar.

Al llegar a la ermita, avituallamiento y descenso. Una larga pista muy inclinada. Pusimos el turbo, creía que en cualquier momento me iba a "desganguillar". Mis engranajes iban a explotar y las piernas no podían circular más rápido. Aún con todo, mis compañeros se alejaban. No me quería obsesionar. Conociéndome ya un poco, sabía que según avanzara la prueba, mis fuerzas aumentarían. De momento, tocaría correr en solitario un largo tiempo.

Esta parte coincidió con un tramo que me encantó. No me imaginaba encontrarme un paraje así. Bosques muy frondosos, correr paralelos al río, zonas con agarre de cuerdas, puentes colgantes. Todo lo que un amante del trail desea condensado en unos pocos kilómetros. Quizás fuera por la ensoñación o por el paso del tiempo pero mi cuerpo se fue entonando. 

Después de salir de la parte arbolada, salimos a una zona más agreste pero acompañados de un aroma muy especial que ha estado presente durante gran parte de la carrera: El romero. No me quiero imaginar el sabor de la miel de este lugar, ya que nos cruzamos con varias colmenas. Mientras mi cerebro alimentaba mi estomago, conseguí enlazar con 2 compañeros justo al llegar al avituallamiento del kilómetro 16. Aquí ya supe que yo iba con linea ascendente y ellos no. Era mi momento. Los adelanté y apreté el ritmo esperando divisar al próximo corredor. Haciendo mis cálculos, debía rondar la sexta posición.

El duendecillo del bosque. Fotos de Carolina Gay

Al final apareció, ahí estaba Sergio de Corredores del Ebro. Nos dimos ánimos y proseguí mi remontada. Estaba seguro que iba a acabar más fuerte que muchos de mis compañeros y se cumplió. En frente, la última subida seria y ya afrontaríamos 2 kilómetros de pista hasta llegar a meta. En está parte de la carrera coincidía con los participantes de la andada. Entre aplausos y gritos de: -¡Aparta, que viene un corredor! -, puse la directa hasta volver al punto de inicio.

Una vez en meta, analizando el resultado, estoy muy contento. Se que no es mi distancia predilecta pero he sabido dosificarme y conseguir un meritorio 5 puesto. Una competición convertida en un gran entrenamiento de calidad que me ha servido para conocer una zona preciosa. Si no fuera por las sinuosas carreteras que la separan de Zaragoza, sería una zona de recreo perfecta. Dar la enhorabuena a mis compañeros que han podido subirse al cajón y a todos los que han podido disfrutar de la comida popular que la organización tenía preparada. Me ha fastidiado más no poder quedarme a la fiesta final que haberme quedado a un puesto de subir al podio. ¡Que aproveche!

Yo de momento me voy a trabajar y mentalizarme para participar mañana en la "III Traschinepro Trail". He acabado con una ampolla en la planta del pie derecho. Una traicionera piedra que por cabezoneria no he querido parar a quitármela, ha sido la culpable. Esperemos que desaparezca a lo largo de la noche.


!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 02:27:52
Puesto: 5
Participantes: 78

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