No hay nada más peligroso que te ofrezcan planes nuevos en un momento de euforia, sobre todo en el mundo del deporte. Una vez acabado el Maratón de Zaragoza, me encontré en los vestuarios con mi compañero Jesús. Entre risas y exceso de endorfinas, me comentó una carrera que se iba a celebrar en junio y prometía ser muy divertida. Ni corto ni perezoso, me embarqué en una nueva aventura. Una nueva disciplina: la "Backyard Benabarre".
Había oído hablar de esta nueva modalidad pero la tenía un poco alejada de mi radar. En los últimos años se ha expandido mucho por territorio nacional y hoy en día es muy popular en el mundo del Ultrafondo. Consiste en un recorrido en bucle de 6,7 kilómetros que lo debes hacer en menos de una hora. Si no lo consigues, quedas eliminado. Termina cuando un único participante puede completar el sólo por lo menos una vuelta más que los demás.
A priori parece una tarea sencilla completar 7 kilómetros en un hora. La dificultad radica en conseguir hacer las máximas horas posibles. Entra en juego mucho la estrategia. Aquí no gana el más rápido, sino el que más aguanta. Mi objetivo era completar 24 horas, planificando hacer cada recorrido en unos 45 minutos. Así tendría 15 para descansar y avituallar.
Nos presentamos en Benabarre con Jesús, Joaquín y Esteban, compañeros del Kalandrakas. Es una carrera de autosuficiencia. Nosotros nos teníamos que llevar todo lo necesario para sobrellevar las horas y la estancia. Tienda de campaña, carpa, mesas y sillas. Ya que por edad, tristemente voy dejando atrás la etapa de festivales musicales, poniéndole imaginación, era como estar en el Iboga Summer Festival. Incluso me traje el vaso para entonarme. ¡El que no se consuela es porque no quiere!
El recorrido es en un lugar privilegiado. El Parque de San Medardo. Atravesando bosque por senderos y pistas. Bonito pero exigente. Acumulamos 120 metros de desnivel en cada vuelta. Veremos como van pesando en las piernas...
Empieza la aventura. Foto del Diario de Huesca |
Arranca la carrera a las 9 de la mañana bajo una gran animación.. Pongo un ritmo rápido. Esta vuelta me la voy a tomar como estudio, luego ya aflojaré ritmos. Me voy percatando de las zonas de subidas y los diferentes puntos para aprendérmelos. Me junto con Marc Fernandez, compañero de aventuras y una eminencia en el Ultrafondo español. Aprovecho para pedirle consejos de como afrontar la carrera. Me dice: - ¡Lo primero que NO tienes que hacer es lo que estamos haciendo ahora! -. Pues empezamos bien.
Acabamos la primera vuelta en 42 minutos. Nada más llegar debes tocar un cencerro para verificar tu logro. Ejecuto la acción y rápido a mis aposentos para descansar. Son las 10 de la mañana. Hace ya bastante calor. Opto por cambiarme de camiseta. Una de tirantes, pastilla de sales, agua y a reposar.
La segunda vuelta más de lo mismo. Voy en los primeros puestos con Marc. Se que debería ir más lento pero me siento muy cómodo. Esta vez marcamos 39 minutos. ¡Creo que nos hemos pasado!
En cabeza van siempre tres atletas del Club de Atletismo Pomez Barbastro. Luego vamos variando la posición los demás compañeros pero yo en un par de veces llegué cuarto y a partir de ahí, para el speaker pasé a ser TOP4. Sin quererlo, había conseguido un nuevo mote en mi lista.
Con el gran Francesc. Speaker TOP |
Las vueltas pasaban y yo seguía marcando 42 minutos como un reloj. Cambiábamos la dirección del recorrido cada vuelta, así se hacia más ameno. Yo me había marcado 3 puntos de referencia. Si pasaba por ahí en los tiempos estipulados, todo iba en orden. Se que voy muy rápido. Las grandes expertos en esta modalidad estaban marcando parciales de 52 minutos. Soy consciente pero también creo que estaba más cómodo a ritmos más ligeros. Me hubiera saturado ir más lento. O eso creía yo.
En la vuelta 7 me entró un antojo irrefrenable. Hacia mucho calor y solo pensaba en eso. Nada más tocar el cencerro me fui directo a un bar que habían montado los estudiantes de Benabarre. Cervecita con limón bien fría y a descansar. ¡Me sentó de maravilla! Me prometí que si llegaba a la vuelta 10, me iba a auto regalar una cerveza normal.
Cuando volvimos a salir, con el sol apretando y el reseco de la cerveza, llevaba la boca fatal. Igual no había sido tan buena idea. Vale que me quiera creer que estoy en un festival pero tampoco me tengo que venir arriba. A partir de ahora, me llevaré un bidón de agua en mano para ir refrescándome por el camino.
A estas alturas de la carrera, la participación había caído en picado. De los 170 que empezamos, solo quedaríamos unos 30. Mis compañeros Joaquín y Esteban también habían caído en combate. Habían pasado en un momento de atletas a ayudantes y yo que lo agradecí. La ayuda en estas carreras me voy dando cuenta que es indispensable. Llegar y tenerlo todo preparado es un aval muy importante para que tu solo te dediques a no gastar fuerzas. Yo solía tener 16 minutos. Parecen mucho pero entre pitos y flautas, se pasan volando. Descansar, lo que es descansar, poquito.
Al principio somos muchos... |
Llegamos a la vuelta 12. Un punto de inflexión. Se deciden retirar bastantes participantes, entre ellos, mi compañero Jesús y los 3 atletas que iban todo el rato primeros. Eso significa que me quedo yo a la cabeza del pelotón. Tenemos que coger el frontal debido a que son las 9 de la noche. Dentro de poco empezará a anochecer. Es la últimas vuelta que hacemos por el recorrido original. Después, solo iremos por pista para evitar accidentes. Consigo acabar en primera posición. Ya se que no significa nada pero siempre hace ilusión.
La noche va cayendo y con ello la animación tanto en la zona de corredores, como la fiesta interior. Los kilómetros van pesando. Ahora nos toca hacer un trayecto de ida por pista y volver por el mismo sitio. Ante la soledad, siempre viene bien cruzarte con otros compañeros. Vuelvo a acabar primero y sigo manteniendo los parciales de 42 minutos.
El problema ahora radica en los descansos. Empieza a bajar la temperatura. Cuanto más tiempo estás parado, el cuerpo se enfría más. Otra vez caigo en la misma discusión interna. Ya se que podría ir más lento para paliar dicho inconveniente pero el cuerpo me pide ir "ligero". No se actuar de otra forma. De momento me funciona. ¡Vivamos el presente!
Cuando consigo llegar a la vuelta número 15, mis compañeros ya se han ido a la cama pero aparece Miren para suplirles. Como he dicho, la compañía es fundamental. Pese a la compañía, la noche hace estragos en mi. El frío, las rozaduras y lo más difícil de gestionar, la mente, están volviéndose un problema. Intento no pensar. Ser un autómata. Me dirijo a meta como el que va al paredón. Cuenta atrás y volver a empezar.
Acabo la vuelta 16. Por la noche siempre vamos en cabeza 3 compañeros. Nos vamos intercambiando las posiciones. Compartimos algunas palabras pero aquí la guerra es interna. Ya estoy hablando demasiado conmigo mismo. Introspección total. Acabo primero esta vuelta.
La vuelta 17 transcurre por los mismos derroteros. Escozor máximo en las zonas intimas y cerebro desquebrajándose. Sin embargo, sigo manteniendo los parciales. De físico voy bien. De todo lo demás, para reciclar. Al llegar a meta me obsequian con una longaniza de Benabarre. En cada vuelta hacían un sorteo de productos de la zona y después de 17 horas, por fin había sido el agraciado. A estas alturas, quedábamos 14.
Tenía 13 minutos para descansar, para pensar en mi futuro más inmediato. El regalo había sido un soplo de aire fresco pero mi mente estaba decidida a tirar la toalla. Me decía: - Aguanta hasta que seas TOP 10 y ya te retiras -. Enseguida cambiaba de opinión. No tenía lógica seguir. Miren me animaba a seguir pero con la prudencia de estar hablando con un guiñapo que no puede con su vida y empieza a desvariar.
Al final, sobran las palabras... |
Avisan de que faltan 3 minutos para emprender la marcha. Quedan 2 minutos. 1 minuto. Me dirijo a meta. 3, 2, 1 y salimos. Al metro me detengo y digo a Germán, el organizador, que mi aventura acaba aquí. Es como Gran Hermano pero no hace falta que me haya echado la audiencia. Abandono yo. Me fastidia no avanzar más. No quedar entre los 10 primeros pero mi mente ha decidido. Fantaseaba con que el amanecer me diera energías renovadas pero aún quedaban 4 horas.
No puedo estar contento porque me había planteado aguantar un día. No ha podido ser. Igual era muy ambicioso sin saber donde me estaba metiendo. La noche me ha rematado. Igual si hubiéramos empezado a las 21:00, quitándonos las horas nocturnas al principio, la aventura tendría otro final. No lo sé. Es muy fácil hablar a toro pasado. Me quedo con lo positivo de haber descubierto la BACKYARD. Una modalidad que me ha encantado. Me ha puesto es su sitio, me ha derrotado pero no se como , salgo enamorado. ¡En los asuntos del corazón, no hay regla de dos!
¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!
Tiempo: 17:00:00
Clasificación general: 11
Kilómetros realizados: 115
BANDA SONORA DE LA CARRERA
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