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domingo, 29 de abril de 2018

Nafarroa Xtreme (68km 4000 D+)

Esta es la historia de un chico que se encontraba solo frente a su ordenador el 1 de abril. Justo era el día que acababan las inscripciones para "Nafarroa Xtreme". Las horas pasaban muy rápido y se acercaban las 12 de la noche. El chico dudaba entre hacer un click o no. -¿Que hago?- ¿Nos aventuramos?- se debatía en un mar de dudas. Al final, las ganas pudieron a la razón, como otras tantas veces y acabó añadiendo su nombre en la lista final. Ese chico era un servidor.

Mis dudas se debían a que también voy a participar en "Penyagolosa Trails", dentro de 2 semanas. Puse los pros y los contras en una balanza y ésta se decantó por mayoría sobre la primera. Un paraje espectacular, ganas de estrenar mis nuevas zapatillas, cerca de Zaragoza, iban muchos amigos, me serviría como entrenamiento, etc. No podía decir que NO.

Así que con estas referencias, me planté en Zubiri, una pequeña localidad navarra de 400 habitantes donde se realizaba la prueba, 68 kilómetros y 4000 metros de desnivel positivo. Además, por aquí pasa el Camino de Santiago, del cual soy un enamorado, por lo que me hacía aún más ilusión ver todas las calles llenas de peregrinos. Enseguida empezaron a aparecer caras conocidas en la recogida de dorsales, entre ellos, compañeros de "Trail Running Zaragoza" y "Gym Pilates Velvet". con los que ya compartiría el resto del día.


¡La tropa entera! Fotos de Mayayo
La carrera empezaba a las 8 de la mañana, una gran noticia no tener que madrugar tanto. Todas las previsiones daban una mañana pasada por agua. Aumentaron el material obligatorio para poder protegernos de la lluvia pero por suerte, en la salida no estaba presente. Una vez se dio el pistoletazo de salida, la carrera salió lanzada, había mucho nivel en la prueba. Los amateurs nos dejábamos llevar por el arreón inicial de los galgos y así nos presentamos en la primera subida. El trazado transcurre en casi su totalidad por senderos y no hay muchas zonas técnicas pero aquí la dificultad radica en el terreno, embarrado en su mayoría.

Al primer avituallamiento llegué con casi 45 minutos de adelanto con mi previsión. Me había planificado hacer la carrera en 10 horas y 10 minutos. El hecho de haber llegado tan pronto solo podía significar 2 cosas: Me encontraba muy bien o había sido un inconsciente al salir tan rápido, a lo largo de la mañana lo descubriría. 

La primera subida a Adi (1456 metros) se me hizo muy llevadera, aprovechando la frescura en las piernas. En la bajada tuve mi primer percance. La peculiaridad de los montes vascos y navarros son sus verdes laderas, los descensos suelen ser sobre una capa de hierba que la hace muy rápida pero también inestable. Fiel a mi torpeza, acabé con el culo en el suelo y deslizándome unos metros como si fuera un tobogán. No lo puedo evitar, de vez en cuando debo sacar el niño que hay en mi. 

Después de mi difícil experiencia en "UT Llastres" donde las pase canutas debido al terreno resbaladizo, quise buscar soluciones. Llevaba unas "Mizuno Mujin" que me encantan pero el agarre en zonas mojadas no son su fuerte, decidí buscar algo más técnico. Al final me decanté por las "Hoka Speedgoat 2", la primera impresión es que parece que vas con plataformas pero luego el agarre en barro es excelente. Como pega, en las bajadas prolongadas no sentía el tobillo protegido, me bailaba mucho la zapatilla.


La primera subida. Fotos del Diario de Navarra
Nada más introducirnos en los primeros bosques cerrados donde había que correr por un estrecho sendero lleno de barro y dejando al lado una caída importante, enseguida me alegré de mi nuevo calzado. El sentir una pisada estable te da una seguridad importante, incrementada aún más en mi, que no uso bastones. Pero esto no te libra de caer de vez en cuando en charcos, cubriéndote poco a poco las piernas de un tono marrón. 

Cuando llegamos al avituallamiento de Artesiaga (26km) me encontré con Vlady, me dijo que ahora me esperaba una subida dura y no le faltaba razón. El ascenso a Saioa (1418 metros) se me hizo eterno. Un recorrido muy vertical que para más inri, con la niebla que nos acompañaba, no podías ver más allá de 5 metros. El final del trayecto era una incógnita aunque a veces es mejor no saber lo que te queda. 

Durante casi toda la carrera fui compartiendo kilómetros con Ignacio, compañero de habitación del albergue y con Sebas, un gran conocedor del Moncayo con el que ya había coincidido en varias carreras. He de decir a su favor que los 2 iban tocados. En una situación normal ,solo los habría visto en la salida.

En Aritzu (46km) se encontraba el avituallamiento solido. Era hora de reponer fuerzas de forma más contundente. Como siempre, desde hace ya un año, la alimentación la llevo a rajatabla con la ayuda de mi nutricionista Patricia Lambea, con la que he mejorado notablemente. Es mucho más fácil realizar una carrera con las pautas de alimentación marcadas pero también es duro decir que no a golosinas, dulces y cocacolas. ¡Hay que ser fuerte!


Ante las adversidades: Una sonrisa. Foto de Laya Fernandez
Llegados a este punto, las piernas ya iban flaqueando. Hasta este tramo fui en compañía de Irene Guembe, campeona en 2017 y Arantzazu Perez que estaban peleando por el tercer puesto. Al final se lo llevo la primera pero le doy más valor al cuarto puesto de Arantzazu porque hizo toda la carrera.....¡Hablando! Un servidor hay veces que no puede ni respirar y ella charrando tan tranquilamente. Envidia sana. Como es normal, al final las perdí de vista.

Estábamos ya en la parte final de la carrera. La lluvia no había hecho acto de presencia y además aparecía el sol. Una buena noticia para acabar la aventura. En Iragi estaba el último avituallamiento con comida y seguidamente la subida a Baratxueta (1150 metros), el escollo final hasta llegar a meta. No se porque pero en casi todas las carreras tienen la dura costumbre de poner una subida nada más acabar de comer. Casi no había digerido la naranja cuando vi la ladera que nos esperaba, por poco me atraganto. A duras penas conseguí llegar a lo más alto. Ahora solo quedaba descenso.

Los 5 últimos kilómetros transcurrían por un bosque cerrado que al principio me pareció muy bonito pero que al final me daba la impresión de que era el minotauro dentro del laberinto, no encontraba la salida. Después de un largo transcurrir, oí a lo lejos una megafonía. Era el liberador sonido de la zona de meta. Al final pare el cronometro en 9:16, muy por debajo de lo que me había planteado.

Estoy mu contento de como voy avanzando en mi preparación en montaña. Hace poco que puse punto y final a mi temporada de asfalto. Ahora toca la puesta a punto para afrontar Ehunmilak en las mejores condiciones posibles y noto que voy por el buen camino.

De Nafarroa Xtreme me atrevería a decir que es una de las carreras más bonitas en las que he participado. Los bosques te transportan a una película de Tim Burton y eso que no pudimos disfrutar del todo de sus vistas por la niebla que nos acompañó. Técnicamente me ha encantado, precisamente por eso, por la ausencia de zonas técnicas. Sin duda, la recomendaría a todo el mundo. ¡Enhorabuena a la organización y nos vemos en 2019!

Como curiosidad contar que participé en un estudio de nutrición donde nos pesaban durante toda la carrera y el resultado fue que perdí 2,6 kilos. En breves me darán más datos.

!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 09:16:16
Puesto: 63
Participantes que acabaron: 316


                                          BANDA SONORA DE LA CARRERA


 RECOMENDACIONES
  • Donde dormir: Albergue Segunda Etapa, está justo al lado de la salida. Por 15 euros tienes litera y desayuno. Además me hizo revivir mis días en el Camino de Santiago.










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