Acabada la temporada de asfalto, tocaba dejar la exigencia del reloj a un lado. Los ejercicios interválicos se quedan aparcados hasta final de año y ajustamos los ritmos a gusto del consumidor. Nos pasamos a la montaña. Para mi, el monte es diversión. Es disfrute. Es un paréntesis entre las rigurosas preparaciones de la maratón. No obstante, darle más prioridad al desahogo no significa dejar el compromiso a un lado. Seguimos con objetivos y la primera parada es: "II Backyard Benabarre".
Esta primera parada es solo una pequeña parte de la gran aventura que me espera en septiembre. Nos vamos a la SPARTATHLON. Es la carrera de Ultrafondo por excelencia. La madre de todas las competiciones. Quiero llegar lo mejor preparado posible. La planificación no va a ser tan exigente en cuanto a intensidad pero si en volumen. Para ello tengo que participar en competiciones donde sumar muchos kilómetros y que mejor lugar que en Benabarre.
A estas alturas, si me soléis seguir en mis andanzas, ya sabréis en que consiste la Backyard pero resumiendo de forma rápida: Es hacer un circuito de 6,7km hasta que no puedes más. Mi objetivo como en las 2 ocasiones anteriores es aguantar 24 vueltas. De momento he fracasado. ¿Lo conseguiré esta vez?
Nos presentamos en la pequeña localidad oscense un buen grupo de amigos. Jordi y Pablo, compañeros de equipo de ANDANDAEH más Jesús y Joaquín de los Kalandrakas. Además, compartiremos estancia con muchos más amigos (Kevin, Vlady, los hermanos Bailo, etc.). Es como correr en casa. Para más inri, el formato de la zona de descanso es muy especial. En un merendero cada participante se busca sus recursos. Mesas, carpas, tiendas de campaña inundan el bosque. Le da un aire mágico y festivalero muy especial.
Este año han cambiado los horarios. Arrancamos el viernes a las 21:00. A priori, parece mas benévolo, nos quitamos primero las horas de noche que siempre suelen ser las que más se atragantan. Yo llego con bastante antelación para preparar todo el tinglado, intentar descansar y cenar con calma.
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Tocando en badajo...Foto de Mario Gascón |
Con la puntualidad que exige esta disciplina, salimos en busca de la primera vuelta. Primero hacemos un recorrido más montañero. Nos lleva por un sendero entre naturaleza para volver por pista pero siempre envueltos en bosque. Un continuo rompepiernas donde acumulamos 150 metros de desnivel positivo. En comparación a otras ocasiones donde siempre salgo a un ritmo alegre, esta vez opto por otra estrategia. Empiezo bastante comedido junto a mi amigo Pablo. Andando en bastantes ocasiones debido a la aglomeración que se forma en los estrechos senderos. Si te soy sincero, me estoy agobiando un poco pero se que a la larga es lo más aconsejable. Peor lo lleva mi amigo Jesús Bailo. Ganador de Ehunmilak y séptimo en el Tor des Geants. Imagínate lo que debe suponer para el ir a ritmos tan lentos pero como buen campeón, tiene que ser riguroso en el planteamiento si quiere ganar.
Acabamos la primera vuelta en 50 minutos. Un trago de agua y vuelta a empezar. Como ya ha caído la noche en Benabarre, nos tenemos que poner el frontal y cambiar al circuito nocturno. Esta vez nos dirigimos al centro del pueblo. Primero una larga recta por pista cómoda hasta llegar a las inmediaciones de la zona urbana. Tenemos que recorrer varios recovecos hasta salir a las calles asfaltadas. En el pueblo nos encontramos una gran animación, lleno de gente y carteles de ánimo. Con tanto público vas en volandas y así hasta volver al inicio. Sigo con Pablo de charleta hasta completarlo en 50 minutos. Puntuales a nuestra cita con el crono.
Es medianoche y todo sigue igual. Han abandonado bastante gente que serían vecinos del pueblo apuntados para colaborar pero aún sigue habiendo muchos supervivientes. Esto acaba de empezar. Vamos a un ritmo muy tranquilo, cambiando de compañeros de viaje según la vuelta. En mi caso, el estomago lo llevo bastante mal. No me ha sentado bien la cena ni los horarios vespertinos. Estoy acostumbrado a competir y entrenar por la mañana. Eso se nota. Como no son ritmos exigentes, confío en que se vaya solucionando con el tiempo pero parece que lleve una pandereta en la tripa. El sueño tampoco ayuda. Con lo que me ha gustado trasnochar toda la vida y ahora estoy que me arrastro por las esquinas. No llevo nada de buenas sensaciones.
En la cuarta vuelta cae en combate Jesús. El hastío le ha ganado la partida. A la siguiente vuelta, Jordi y Pablo le acompañan. Es su primera vez y creo que no han sabido gestionar las fuerzas mentales. Pueden hacer muchas más. En un abrir y cerrar de ojos, el campamento que habíamos montado se quedó huérfano. La fiesta se apagó. Solo quedábamos Joaquín y un servidor. Yo estaba muy negativo, la noche me estaba ganando la partida pero gracias a Joaquín seguía adelante. El estaba mejorando sus marcas y se le veía motivado. Somos un equipo. Hay que aguantar.
En la vuelta 8 le dije que teníamos que aguantar 2 horas más para llegar a las 10 y nos retirábamos. Quería motivarle y a la vez, buscar algo en mi que me hiciera empezar a disfrutar. Íbamos tranquilos los dos a cola del pelotón. Literalmente éramos los últimos. Me puse nervioso y aceleré pero fiel a mi cita, clavé la vuelta en 50 minutos.
Al final de la decima vuelta empezó a amanecer. Buscaba que los rayos de sol me resucitarán. Fueran mi salvación. Nada más acabar la vuelta, me fui a mi carpa y lo más rápido posible me cambié de ropa. Pantalón corto y camisetas de tirantes. Tenía que engañar a la mente. Confundirla. ¡Aquí no ha pasado nada! Volvemos a empezar de cero. Cuando llegó Joaquín, con el valor del trabajo bien hecho, se retiró a sus aposentos y me dejó solo ante el peligro. Por suerte, había renacido. Un nuevo Tricas estaba presente.
Con la luz de la mañana y el regreso al recorrido diurno todo cambió. Estaba empezando a disfrutar. Cabeza contenta, cuerpo fuerte. Voy cambiando de compañeros en cada vuelta. Kevin, James, los hermanos Bailo. Siempre en la retaguardia guardando fuerzas, las pocas que iban quedando. Al final de cada circuito nos estaba esperando el cencerro que de forma orgullosa hacías sonar. Con ello, los ánimos incondicionales de Francesc, el speaker que me dio la vida. El año pasado ya le debí hacer gracia, llamándome TOP4 todo el rato. Lo que son las cosas. Como pueden cambiar en un año. La edición del año pasado llegaba siempre entre los primeros, de ahí el mote que me puso. Tuve unas sensaciones increíbles durante toda la carrera hasta que me retiré. Esta vez, cambié la estrategia por todos los consejos escuchados. Llevando ritmos mucho más lentos y las sensaciones han sido malas desde el principio. Lo que no ha cambiado son los gritos a golpe de micro de Francesc. Así da gusto llegar a meta. ¡GRACIAS!
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¡Con mi BRO! |
Cuando el calor estaba empezando a hacer de las suyas, me puse una meta. 15 vueltas. Son 100 kilómetros. Es un número redondo y muy bonito para finalizar la aventura. Me autoengañaba y lo edulcoraba todo para convencerme que la retirada era una buena opción. Es un sentimiento raro. Es como si tuvieras dos personalidades y una quiere manipular a la otra. Una quiere abandonar pero en verdad tienes físico y fuerzas para seguir.
Al final de una vuelta, para seros sinceros, ya no me acuerdo ni cual era, después de cruzar la meta y cuando me iba moribundo hacia mi carpa, alguien se entrometió en mi camino. ¡ERA MI PAREJA! ¿Pero que haces aquí? No estaba en mis planes su presencia. Es más, estaba hablando con ella por WhatsApp como si estuviera en Zaragoza. Me había preparado una maravillosa encerrona. Ya tenía nueva compañera de festival después de tantas horas solo. Y no una compañía cualquiera, sino la mejor.
Ya tenía entrenadora mental para aguantar unas vueltas más. Así sin quererlo y después de las penurias de la noche, nos habíamos plantado cerca de mi mejor marca personal pero aún lejos de mi objetivo. Empezamos la vuelta 16. Es mediodía y el calor es matador. La parte de la pista hace una pequeña brisa que hace más llevadero el recorrido pero es adentrarnos en el sendero y llegar al mismismo infierno. Es como meterse en un horno. Al estar más cerrado, se forma un microclima que es difícil de sobrellevar. Las pulsaciones se me disparan incluso yendo a 7 minutos el kilómetro.
Acabada la vuelta, no estoy muy por la labor de seguir pero tanto Francesc como el público me obligan a seguir. Es una responsabilidad muy grande llegar al centro neurálgico donde todo el mundo te está vitoreando y decir que abandonas. Es una presión añadida a tus continuos titubeos mentales.
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Intentando hidratarme... |
En la carpa y mientras me como un bocadillo de nocilla, dejo caer que igual no salgo pero mi novia no está muy de acuerdo. Me echa la bronca, usa todas sus armas para que no me rinda. Yo me resisto. Creo que en el fondo necesito "amenazas positivas" para seguir en la lucha. Me cabreo, me hago de rogar y busco acuerdos contractuales. Estoy bastante limitado de físico pero claramente puedo continuar, solo necesito un poquito de dramatismo. Soy un peliculero, que le voy a hacer si trabajo en el mundo audiovisual.
Estamos en la vuelta 17. Ya he igualado mi mejor marca personal. ¿Me retiro? ¿Puedo seguir más? o mejor: ¿Quiero seguir más? Según me voy acercando a la meta lo tengo claro. Toco el cencerro, doy las gracias a todos por los aplausos pero me quito el dorsal. Mi aventura acaba aquí, 117 kilómetros después.
¿Había podido seguir más? En ese momento yo creía que no, o eso quise pensar. Yo estoy seguro que el físico si que podía. La mente es la que no me lo permitió. En esta disciplina aún no he conseguido aprender a sufrir más de la cuenta. Llevo ya 3 competiciones y aún no he dado con la tuerca pero se que lo conseguiré. Tarde o temprano caerán esas 24 horas. Estoy seguro.
Dar las gracias a Germán y todas las personas que hacen posible esta carrera. Es una maravilla participar en este evento. Te sientes super querido y como si estuvieras en casa. Incluso una vez retirado, los vecinos nos invitaron a paella y carne a la brasa. Mi novia casi acaba empadronada en Benabarre. Así sin quererlo, he encontrado una fecha fija en mi calendario. ¡Nos vemos el año que viene! Ya os voy avisando, no me dejéis retirarme hasta que no haga 24 vueltas.
¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!
Tiempo: 17:00:00
Clasificación general: 14
Kilómetros realizados: 114
BANDA SONORA DE LA CARRERA