miércoles, 30 de mayo de 2018

VII CARRERA POR MONTAÑA SIERRA DE LUESIA (27,5 km 1650 D+)

Seguimos acercándonos al verano, temporada estival donde empiezan a proliferar las carreras de montaña. Es en este momento, donde todo corredor saca su agenda y empieza a hacer encaje de bolillos. Querrías acudir a todas pero unas veces por falta de presupuesto y otras por incompatibilidad horaria, te ves obligado a tomar duras decisiones. En mi caso, este fin de semana tenía la posibilidad de acudir a la 10k Caixabank (Mi empresa es patrocinador y tenía un dorsal), Crestas del Infierno o VII Carrera por Montaña Sierra de Luesia. Al final, me decanté por esta última, era la que más ilusión le hacía a mis patitas.

Es una carrera que se realiza en la localidad zaragozana de Luesia, la cual no tenía el placer de conocer, sobre un recorrido de 27,5 km y 1650 metros de desnivel positivo. Curiosamente, el día anterior me encontraba en mi trabajo. Estaba dando dando las ordenes a mis compañeros para empezar a emitir el Aragón en Abierto, programa de actualidad donde repasamos el día a día de nuestra comunidad y cual fue mi sorpresa cuando la primera noticia que dimos fue: "Riada descontrolada en Luesia". ¡No podía presentarse mejor la previa a la competición!

Con este titular junto a un correo de la organización informándonos de que teníamos que llevar como material obligatorio chaleco cortavientos con capucha y mallas piratas debido a la inclemencias del tiempo, me presente en la carrera. En la recogida de dorsales nos dijeron también que habían tenido que cambiar el recorrido por nuestra seguridad, al final haríamos 20 kilómetros. Pese a la desilusión inicial, luego me alegré, de esta manera me daría tiempo a llegar puntual a trabajar. No hay mal que por bien no venga...

¡Sin frenos! Fotos de Bruno Gaspar

Como nota positiva decir que había arrancado una mañana magnifica, con el sol como protagonista principal pero el barro iba a tener un papel destacado durante todo el trazado. En la zona de salida se veía mucho nivel, incluso estaba Daniel Osanz, atleta recientemente llamado por la selección para disputar el Campeonato de Europa de Carreras de Montaña en Skopje (Macedonia). Mi idea era salir al máximo posible, en 20 kilómetros no hay estrategia que valga, a fuego desde el principio. El único inconveniente era que había tenido que ponerme mochila para poder llevar encima el material obligatorio. Hubiera preferido ir más liberado.

Dicho y hecho. 2 kilómetros iniciales de asfalto como si de una 10K se tratase para seguidamente desembocar en las primeras rampas. Aquí ya nos empezamos a percatar de los efectos de la tormenta del día anterior. Lo que hubiera sido un sendero en otro momento, ahora era una pequeño riachuelo. Me resultaba curiosa la forma tan diferente que teníamos de correr el chico que me precedía y yo. Mientras yo hacía lo posible por esquivar el agua, él pisaba sin pudores en mitad del cauce. Me imagino que se me habrá quedado grabado en la memoria mi percance con el agua y los pies mojados en la Ehunmilak del año pasado. Son momentos difíciles de olvidar.

Las rampas eran bastante exigentes pero intentaba no dejar de correr en ningún momento. Quería exprimirme al máximo a ver que tal respondía el cuerpo. Mientras, en las bajadas intentaba hacer lo que podía. Eran descensos por senderos muy rápidos con grandes curvas de 90 grados. Más que un corredor, me sentía un piloto de Bobsleigh que podía descarrilar en cualquier momento. ¡Que gozada!

Llegados al avituallamiento del kilómetro 10 me encontraba ya completamente solo, apelando a la famosa frase de magia: "Nada por aquí, nada por allá". En mi cabeza surgían debates internos. Pensaba:  - Como molaría tener el nivel de los hermanos Bailo, Osanz o Marcos Lopez, favoritos para llevarse el triunfo - pero luego caía en la cuenta de - Buff....y que agobio tener que estar toda la carrera en tensión para ganar con lo bien que estoy yo aquí solito, a mi bola -. De momento aún no he llegado a la situación de sufrir ese agobio. Si algún día lo experimento, ya os contaré conque me quedo.

¡Siempre estoy en las nubes! Fotos de Facebook

El tramo de bajada donde estaba divagando fue un autentico parque de atracciones. El barro era abundante y poco a poco tus piernas se iban tornando marrones. A partir de ahora, cuando vea a un niño saltar en un charco, me acordaré de esta carrera. Después de pasar este tramo volví a reafirmarme en la gran compra que hice con las Hoka One Speedgoat 2. Para este terreno son perfectas.

Los últimos kilómetros discurrieron por senderos en falso llano hasta desembocar en la localidad y parar el crono en poco más de 2 horas. Ha sido una carrera preciosa donde prima la velocidad. No es terreno técnico, por lo que te permite correr casi en su totalidad, si las fuerzas lo permiten. La pena, no poder haber hecho los 7 kilómetros que eliminaron que curiosamente debían ser los más bonitos. Es sin duda, una zona que hay que conocer, yo sin duda volveré a hacer más rutas, pese a la mala carretera que hay para llegar.

Al finalizar, nos obsequiaron con un gran avituallamiento de fruta y dulces, un bocadillo de jamón que me supo a gloria y ensalada de pasta. Sin duda, el trato al corredor es lo que hace que este tipo de carreras sean las que al final te llevas en tu corazoncito. Mi quito el sombrero ante todos los pueblos que se vuelcan para realizar este tipo de eventos. ¡Enhorabuena!


!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 02:01:40
Puesto: 11
Participantes que acabaron: 90

                                          BANDA SONORA DE LA CARRERA




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