Esta carrera se celebra en la Sierra del Mestral (Tarragona) y consta de 3 etapas:
- Etapa 1: La Almadrava (17,3 km 430 D+)
- Etapa 2: Llastres (50 km 3800 D+)
- Etapa 3: Portella Clasica: (24 km 1500 D+)
En esta zona suelo veranear y me la conozco un poco. Tiene unos parajes espectaculares, saliendo desde la playa hasta perderte por zonas montañosas bastante técnicas. No tiene grandes cimas pero hay que tener en cuenta que sale desde el nivel del mar. Además, mi compañero Blasco y yo tuvimos la suerte de conocer parte del recorrido 2 semanas antes de la cita gracias al organizador Marc Fernandez, un amante de la naturaleza y gran embajador de su tierra.
ETAPA 1: La Almadrava
En esta aventura nos embarcábamos mucha gente de Zaragoza, la gran mayoría amigos de Trail Running ZGZ. De ANDANDAEH solo íbamos Gorka y un servidor pero dispuestos a dar mucha guerra.
La primera etapa salía el viernes a las 21:00 de la localidad de Vandellós. El recorrido era bastante rápido, perfecto para romper el hielo e ir mentalizándose del fin de semana que teníamos por delante. Los primeros 4 kilómetros eran en constante subida para después encontrarnos con una frenética bajada hasta llegar a la Almadrava, a pie de playa. Mi estrategia era clara, no forzar demasiado e ir encontrando sensaciones.
Hay que tener en cuenta que es la primera prueba exigente que hago de montaña desde noviembre, cuando participé en "Haría Extreme Lanzarote". Además, como he estado muy centrado en la preparación de maratones de asfalto, apenas he entrenado en desnivel.
La subida era bastante exigente pero sabiendo que eran solo 4 kilómetros, había que intentar subir a un buen ritmo. Una vez llegado a la zona más alta tocaba soltar el pie del freno y poner la directa. No obstante, la oscuridad de la noche y el terreno pedregoso hacía que tuvieras que tener mucho cuidado, cualquier caída podía hipotecar el resto de etapas.
"Surfeando en las montañas" Fotos de Ramón Ferrer |
Pasado el primer tramo peligroso, el sendero se suavizó y discurría por un falso llano. Aquí saqué todo mi potencial maratoniano y empecé a adelantar corredores hasta llegar a meta en poco más de hora y media. Intenté guardar fuerzas pero el terreno favorable hizo que al final me esforzará más de la cuenta. ¡No se para que hago estrategias si luego me pasa siempre lo mismo!
En la llegada nos esperaba un regenerador estofado de ternera. Ahora tocaba intentar descansar. Solo podíamos dormir 5 horas pero ésto es parte del juego. Entrenamos todo el año al cuerpo para que luego intenté responder lo mejor posible. ¡Esperemos que así sea!
ETAPA 2: Llastres
Mientras dormía empezó a oírse un participante nuevo que se incorporó a última hora, Hugo, una ciclogénesis explosiva que iba a provocar un temporal de viento, oleaje y lluvias en la zona. ¡Así da gusto levantarse! Los corredores de montaña estamos curtidos en mil batallas pero eso no quiere decir que sea agradable empezar una etapa de 50 kilómetros en mitad del huracán.
Antes de empezar ya habían abandonado 40 corredores, con eso lo digo todo. Los valientes que quedábamos nos resguardamos bajo nuestro mejor impermeable y empezamos la odisea. La etapa empezaba desde la Almadrava y teníamos unos 7 kilómetros de falso llano (Los que hicimos el día anterior pero en dirección contraria) hasta llegar a la primera subida. La lluvia era constante y el terreno estaba todo embarrado, era imposible avanzar rápido.
En cuanto llegamos a la primera rampa exigente, el famoso "mestral" empezó a azotar con mayor fuerza, deambulábamos entre rachas de viento de 130 km/h. Los más valientes aceleraban para intentar sobreponerse, los demás nos agarrábamos a las rocas para no salir volando. Nunca me había encontrado en una situación así. Era totalmente imposible mantener el equilibrio, adopté una nueva técnica de carrera con la que poder avanzar y romper las leyes de la física, la postura "diagonal", a la vez que luchaba contra mi propia mucosidad incontrolada.
En este tipo de situaciones piensas muchas cosas. La típica frase - ¡Que coño hago aquí! - sobrevuela tu mente de forma constante pero según vas avanzando y sobreponiéndote a la situación, tu mentalidad va cambiando y empiezas a pensar - ¡Soy la hostia, nadie puede conmigo! -. Aquí es donde, en un alarde de imaginación, cree un verbo para esta situación: "SUFRITAR". Una mezcla de sentimientos totalmente opuestos pero es donde reside la verdadera adicción al trail running. Cuanto peor lo pasas, más satisfecho te sientes. ¿Acaso no os ha pasado mil veces?
1 de 3 finalizada. Fotos de Ramón Ferrer |
Según avanzaba la mañana, la lluvia cesaba, coincidiendo con el tramo de recorrido más favorable. A la llegada al avituallamiento de Castelló (22 km), un pueblo en reconstrucción precioso, me encontré con Israel que me puso al día de la posición de mis compañeros. Blasco tuvo que abandonar a las primeras de cambio por un principio de hipotermia, hecho que confirma lo difícil de la situación.
Cuando llegamos a Masriudoms empezó a llover otra vez. Este tramo ya lo había hecho anteriormente y sabía que nos esperaba una zona mucho más asequible. La diferencia es que lo había llevado a cabo con buen tiempo. Esta vez, el panorama era totalmente nuevo. El barranco que conocí hace 2 semanas era limpio y "escoscado", esta vez se presentó mojado y lleno de barro. No te fíes de las primeras impresiones. Aunque no lo creáis, fue la parte más dura de la carrera. La lluvia azotaba mis maltrechas piernas. Las heridas que me había ido haciendo con los matorrales antes, ahora escocían con el roce del agua. Para más inri, llevaba unas zapatillas "Mizuno Mujin 3", me gustan muchísimo pero en terreno embarrado no tienen nada de agarre. Aquí es donde empezó mi catalogo de caídas. Arañazos, tierra y sangre iban adornando mi cuerpo.
El viento seguía azotando con fuerza. Ésto unido a mi inestabilidad, provocó que bajara el ritmo. Para lo poco que quedaba decidí asegurar, mejor llegar lo más entero posible. Así llegamos al kilómetro 48 donde según el track, se encontraba la meta. Empecé a ver casas y eso era buena señal. Al fondo de una recta se encontraba una fotógrafa. 2 compañeros y yo pusimos nuestra mejor sonrisa a la vez que nos alegrábamos por haber llegado al final cuando la susodicha inmortalizó el momento mientras decía: - En 20 metros tenéis el avituallamiento -. - ¿Como?¿Avituallamiento, no es la meta? - nos decíamos incrédulos.
Efectivamente, pasado unos metros nos esperaba Marc para darnos la noticia. Aún quedaban 2 repechos exigentes hasta llegar a Vandellós, en total 6 kilómetro más. Una sorpresa final solo apta para las cabezas más fuertes y a mi, a cabezón no me gana nadie. Comí algo de pan con chocolate y a afrontar la última parte. Crucé la meta 9 horas después de que diera comienzo la aventura. Un día inolvidable tanto por su dureza climatológica como técnica. Son el tipo de carreras de las que sales reforzado, creyendo que si has podido con esto, eres capaz de afrontar cualquier cosa.
Etapa 3: Portella Clasica
Amanecía el tercer día con un reconfortante sol, el viento seguía presente pero con mucha menos intensidad. Esta vez el recorrido era circular con salida y llegada en Hospitalet del Infante y su hora de comienzo era las 8:30. Pese a que la noche anterior se produjo el cambio de hora, privándonos de 60 minutos de sueño, había descansado lo suficiente para afrontar la última etapa.
Por recomendación de Fernando, de Fisioterapia Zaragoza, me había estado aplicando diferentes geles fríos en las piernas para recuperar mejor. Eso no quitó que me presentará en la zona de salida más tieso que un palo. Hoy era día de situarse al final del pelotón, disfrutar de la carrera y acabarla sin ningún tipo de percance. Son 3 carreras seguidas en las piernas y los músculos ya se encuentran en las últimas.
Esta vez decidimos hacer equipo con Blasco. El tenía que recuperar sensaciones después del percance del día anterior y yo necesitaba un compañero que escuchará mis quejidos. Este tramo ya lo habíamos recorrido hace 2 semanas también así que sabíamos que la primera subida a la ermita de San Roc era bastante exigente y técnica. Las piernas las sentía demasiado cansadas, me costaba llevar un buen ritmo, sobretodo en las zonas más corribles. La primera parte de la carrera no tiene que envidiar nada a las de alta montaña, una constante y prolongada subida de lo más espectacular. En ascenso me sentía bien, el problema fue cuando llegó la primera bajada técnica. Mis doloridos abductores junto a mi nula capacidad para descender hacían interminables los descensos. Tengo que pensar seriamente en mejorar esta cualidad, es un gran hándicap que tengo que solucionar.
El "Postureo" que no falte. Fotos de Ramón Ferrer |
La Sierra del Mestral es preciosa, tiene rincones mágicos como bosquecillos, vistas del mar y zonas escarpadas dignas del mejor escalador. Cualquier punto por el que pasas se convierte en un grato recuerdo. Mencionar también las continuas partes técnicas que tiene, las cuerdas y las cadenas son una constante, situación que aumenta aún más la diversión. Y así, divagando entre la naturaleza y con el miedo de que en cualquier momento me iba a romper (Unas molestias en la rodilla me tenían bastante intranquilo) llegamos a meta. Otro gran día vivido en la mejor compañía. Para redondear la aventura, nos esperaban con cerveza y butifarra, así se ganan el corazón de cualquiera.
Como el año pasado, acabo realmente maravillado de participar en una carrera por etapas. Otra vez, incluso con las dificultades que provocó el temporal, la organización ha sido perfecta. Me quito el sombrero con todos los voluntarios que han resistido heroicamente en sus puestos para que los corredores nos sintamos lo más seguros posible. Ha sido un placer participar en esta primera edición y espero encontrarnos en muchas más. ¡Larga vida a LLASTRES!
!Va por ti PRIMO!
Tiempo: 14:52:04
Clasificación general: 41
Finishers: 108
BANDA SONORA DE LA CARRERA
BANDA SONORA DE LA CARRERA
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