Llegamos a la tercera y última etapa. Físicamente me encuentro muy bien. Siempre he dicho que mi cuerpo se habitúa mucho mejor a las distancias largas. Si se hubieran realizado las 3 etapas seguidas, habría respondido bastante mejor. Soy de mecha larga y resistente.
No obstante, tenía ganas de que llegara este día. Me encantan las carreras de varios días pero Sanabria se me ha hecho especialmente dura. Esto es debido a las condiciones ajenas a la etapa en si. Tenía muchas ganas de estrenar mi coche nuevo pero no ha resultado tal como lo idealizaba. Mucho frío, cero descanso. Sin acceso a duchas y lavabos. Incomodidad general. Bien es cierto que vengo mal acostumbrado. En Andorra Trail, la inscripción era con hotel ,cena y buffet libre en el desayuno. ¡Cualquier comparación iba a salir perdiendo!
Puestos en materia, vuelvo a salir en el grupo de los favoritos. Esta vez voy a cambiar de táctica. Ayer salí como si de una 10k se tratara. Hoy voy a ser mucho más prudente, dosificar fuerzas e ir de menos a más. La salida es temprano. No ha amanecido aún. Debemos usar frontal para el primer tramo de carrera.
La primera parte es la "Senda de los Monjes" que completamos ayer pero en sentido contrario. Hoy toca descenso. La combinación bajada, noche y piedras no hace más que confirmar mi prudente táctica. Dejo que me vayan adelantando todos. Mi misión es no espatarrarme.
Ya finalizando el trazado, empieza a salir el sol. Guardamos frontal y aparece el primer avituallamiento (5km) Es muy pronto y decido no parar. En estos momentos me encuentro con Manu Vilaseca. Coincidí con ella ayer, en las primeras rampas. Fue una de las artífices de mi pájara por intentar seguirla. Sabía que tenía nivel. Ahora llegaba el tramo de subida cronometrada. Siendo el último día, me apetecía ponerme a prueba. ¡No hay nada que perder! Decidí pegarme a ella como una lapa. Si lo conseguía, haría un tiempazo. Si no...bueno, si no lo conseguía...eso no me lo pregunté.
¡Que ganas de cruzar una meta! |
Nos adentramos en un trazado muy técnico de rocas. Imposible llevar un ritmo constante. Debido a esto es por lo que aguantaba a su vera. Iban pasando los kilómetros y no parábamos de adelantar corredores. Yo me sentía muy bien de piernas y la mente cada vez estaba más fuerte. Lo que no acababa era la subida. En las 2 etapas anteriores, los tramos puntuables eran de unos 5 kilómetros como mucho. Aquí los habíamos sobrepasado hace tiempo. ¡Que ojo el mío! Voy y elijo el más largo para venirme arriba.
Por fin llegamos al final. Es una zona espectacular. Pozas, cuevas, parte de una presa abandonada. Con zonas así, es mucho más llevadero el sufrimiento. En el avituallamiento (15km) repostamos algo de fruta y a seguir. Ahora me encuentro con mi pequeño oasis particular, una pista bastante larga y llana. Activo mi modo asfaltero. Es aquella increíble sensación de venirte arriba, como decía el anuncio de Aquarius. No puedo dejar pasar la oportunidad y pongo pies en polvorosa. Sin querer, voy dejando a Manu detrás. No hay problema. En cuanto vuelva a endurecerse la carrera, me pillará de nuevo.
Inevitablemente, el momento pista se tenía que acabar en algún momento. Unos voluntarios me marcan girar a la derecha. El último ascenso de la etapa. ¡El último ascenso de la ULTRA! Con ese pensamiento lo afronto. Superado esto, ya solo será dejarse llevar. La subida es bastante incomoda. Hay mucho barro que se te pega a la suela de la zapatilla y el cansancio acumulado pesa incluso más. Por suerte, coincido con los corredores de otra modalidad y me voy agarrando a ellos. Son escasos metros pero me hacen estar en constante tensión competitiva.
Se divisa el avituallamiento en la laguna de los Peces (24km). Llego como si fuera la meta. ¡Prueba superada! Tengo una conversación muy amena con voluntarios y organizadores. Les digo que me he quedado con ganas de más y me invitan irónicamente a que les ayuda a desbalizar mañana. Agradezco el detalle pero tengo prisa....
Bordeamos el agua por un sendero muy cómodo pero de corta duración. Enseguida desvío y a guerrear. Lo que antes dificultaba la subida, ahora es hacia abajo. Todo barro y charcos. Poco a poco, mi parte inferior del cuerpo va cambiando de color. Voy cogiendo un tono marrón oscuro. Tengo entendido que el barro viene muy bien para la piel, elimina impurezas. Así que decido meter el pie en todo barrizal que veo. Voy a llegar a meta con 10 años menos.
Al suelo en 3, 2.... |
Me vuelven a adelantar corredores. No pasa nada, mi misión es no caerme. Después de más de 7 kilómetros de bajada llegamos a Vigo de Sanabria. Había estado la tarde anterior y se que solo me quedaba recorrer un bonito sendero entre bosques y llegaríamos a meta. Me junto con un portugués que me hace de liebre. Ahora que caigo y recapacito, durante toda la mañana me he convertido en un polizón. Me he ido agarrando a todo aquel que se cruzaba en mi camino. Aún recuerdo aquellas gloriosas carreras en que yo llevaba el mando pero amigos: - ¡No estoy para más! -.
Llegamos a meta y las sensaciones son contradictorias. Muy feliz por haber finalizado pero el recibimiento es tan frío que no llegas a disfrutar del momento. Este maldito virus está cambiando nuestra forma de vida. Espero que lo podamos combatir pronto y volver a la normalidad.
Por todo lo demás, ha sido una carrera increíble. Este deporte te hace conocer lugares que no imaginabas pisar. 600 kilómetros de viaje, incomodidades para descansar, mucho frío. Parecen muchos "contras" pero sin duda, poniéndolo todo en una balanza, las cosas positivas ganan por goleada. Larga vida a Ultra Sanabria. Si habéis sido tan valientes de sacar adelante la carrera en 2020, vuestro futuro es muy prometedor.
!Va por ti PRIMO!
Tiempo: 04:02:22
Clasificación general: 33
Participantes: 100
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