martes, 4 de abril de 2017

XI MARATÓN DE ZARAGOZA

Después de acabar el "VII Maratón de Tarragona" con unas sensaciones inmejorables, deseaba embarcarme en el siguiente reto maratoniano. Además, coincidía que iba a ser mi décima participación en la distancia reina y que mejor lugar que en tu propia casa: "XI Maratón de Zaragoza" era mi destino.

Ya voy por mi cuarta presencia en esta carrera y he de decir que no me canso nunca. Me encanta correr en mi ciudad. Llegar a las inmediaciones de la zona de salida y ver todo caras conocidas. Ir avanzando en la carrera absorto en tus pensamientos y verse interrumpidos por gritos de animo que dicen: - ¡Venga Tricas, titan! - y darte cuenta que tienes a tu vera un amigo en bici apoyándote. Cruzar la linea de meta mientras Mariano Navascués corea tu nombre. Por todas estas cosas y muchas más, adoro correr en Zaragoza.

Además, este año teníamos el aliciente del cambio de recorrido. Se había suprimido la zona del Paseo de Longares y la segunda vuelta a la calle Echegaray y Caballero que tantos quebraderos de cabeza (y piernas) nos había dado años anteriores.


Fotos Andandaeh
Como estrategia de carrera lo tenía muy claro y me iba a ceñir al plan concienzudamente. En Tarragona había ido con la liebre de 3 horas hasta el kilómetro 34 y luego me escapé. Viendo el resultado obtenido, esta vez di un pasito más y el momento decisivo lo planteé en el 30.

Como compañeros de aventura iba a tener a Jorge, de ANDANDAEH y a Blasco. Teníamos el mismo propósito: "bajar de 3 horas y lo que surja". En carreras y ritmos tan exigentes siempre es bueno tener amigos cerca. Somos 3 personas con una evolución muy parecida, me hacía especialmente ilusión compartir esta experiencia con ellos. ¿Lo conseguiremos?

Tengo que resaltar que todos mis compañeros de ANDANDAEH habían tenido cena el viernes anterior y en la excitación de la noche se les ocurrió la gran idea de apostar por los tiempos que íbamos a conseguir. Y lo peor de todo...¡Decírnoslo! Si ya eran pocos, sumemos más nervios al cuerpo.

Después de llevar a cabo todo lo contrario a lo que se aconseja hacer el día previo a la carrera (Cambié el reposo por irme a la fiesta del Sol y el agua por cerveza) me presenté en la linea de meta concentrado en mi objetivo. Solo tenia que ser fiel a la estrategia. Sino se me iba la cabeza, lo iba a conseguir.

Nos esperaba una mañana ventolera por lo que resguardarse en el pelotón era primordial. Los primeros kilómetros así lo hice aunque al final optaba por ir escorado o en primera linea. Me agobia tener que ir mirando todo el rato al suelo por miedo a pisar a algún compañero. Al paso por el kilómetro 10 el ritmo de la liebre era muy alto pero mi cuerpo respondía bien.

Como todos habréis experimentado, suele haber dos tipos de liebres: las que llevan un ritmo constante toda la carrera (4:16 min/km) y las que ajustan los ritmos al recorrido, dependiendo del desnivel. Mario Bartolomé era de los segundos. Para gustos los colores y yo soy un enamorado de toda la gama cromática. Me amoldo a todo...o lo intento.


Previa a la carrera
Al paso por el ecuador el tiempo marcaba 01:30:00 y a partir de aquí, el recorrido era favorable, los ritmos empezaron a oscilar los 4 minutos y el pelotón empezó a sufrir victimas. Entre ellos, Blasco que lo empecé a dejar de ver al frente del grupo. ¡Zaragoza te tiene echado el mal de ojo, amigo!

Fiel a mi estrategia, en el kilómetro 30, al ver que mi cuerpo estaba respondiendo, opté por escaparme del pelotón al más puro estilo Escartín en Piau Engaly. Antes pregunté a mi jefe de filas, Jorge, si se venía conmigo. Deducí que no se quería arriesgar, su meta era alcanzar el SUB3 (Reto conseguido ¡Enhorabuena!), los experimentos para otro día.

El que si se animó fue un compañero inesperado, el cierzo, pero se debió equivocar de sentido, iba siempre en contra. Tocaba luchar en solitario los últimos 12 kilómetros. En este punto se juntaron 2 corredores más a la escapada. Formamos un pequeño grupo en el que nos íbamos animando para mantener el ritmo, eso si, siempre yo al frente. Tantas carreras siendo yo la lapa, hoy me tocaba ser la piedra.

En el kilómetro 35 cruzamos el río Ebro y ahí empezó la autentica odisea. El viento en contra era exagerado. Notaba como te consumía las fuerzas pero me concentré en que no iba a poder conmigo y así hasta que nos introducimos en el casco histórico. Familiares y amigos abarrotaban las calles, mi cuerpo rebosaba alegría, mis piernas...¿Mis piernas? Ni siquiera las notaba.


Encarando el último kilómetro
Cruce la meta en 02:55:15 en una nube de sentimientos. entrar en la recta final y ver que está lleno de compañeros de ANDANDAEH y familiares es una gozada. Solo ver sus caras de alegría y porque no decir, de admiración, es indescriptible. Cada maratón que corro provoca que me enamore un poquito más de esta distancia. ¡Pon un maratón en tu vida!

Mirando la clasificación al día siguiente vi que había quedado el sexto en mi categoría a 1:30 del tercero. No me puedo ni imaginar subiendo a un podio en la mismísima plaza del Pilar pero ésto hace darme cuenta que estoy más cerca de lo que creo. Seguiremos entrenando para mejorar pero sobre todo para DISFRUTAR.

!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 02:55:15
Clasificación general: 39

Clasificación por categoría: 6

                                      BANDA SONORA DE LA CARRERA

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