Mostrando entradas con la etiqueta 42k. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 42k. Mostrar todas las entradas

lunes, 21 de abril de 2025

MARATÓN DE ZARAGOZA

Seguimos la temporada. Suma y sigue. Vamos acumulando kilómetros con el único propósito de superarnos a nosotros mismos. Encontrar nuestra mejor versión. Ha llegado la hora de demostrarlo y que mejor lugar que en tu propia casa. Corremos en la Maratón de Zaragoza.

Como ya va siendo habitual, en mi ciudad quemo el último cartucho. Después de centrarnos en la Maratón de Castellón, si sale mal, siempre tenemos una segunda oportunidad  en la capital maña. Esta vez tocó cruz, no conseguí cumplir objetivos así que tocaba resarcirse a orillas del Ebro.

Como ya conté, en navidades tuve una lesión que me dejó fuera de juego durante 3 semanas. Eso provocó llegar muy justo a Castellón. Así fue. Las matemáticas no fallan. Perdí  y tocaba seguir entrenando duro unas semanas más. Así lo hice. Sumé una buena remesa de kilómetros extra y a volverse a poner en la línea de salida.

Amanecía una agradable pero ventosa mañana. Los autóctonos ya estamos acostumbrados. El cierzo siempre nos acompaña. Es algo que tenemos asumido. Seguro que es el único atleta que ha participado en todas las ediciones. Nos acercamos a la plaza del Pilar y nos ubicamos en nuestro cajón. A primera vista no hay muchas caras conocidas. Las fechas este año no han acompañado y la participación de élite ha bajado salvo los africanos contratados por la organización. En féminas si destaca la presencia de Laura Méndez, olímpica en Tokio. 

Salimos y nos vamos posicionando. Mi objetivo es intentar hacer 2:35. Una de las peculiaridades en maratones más familiares son las conversaciones los primeros metros entre corredores. ¿A que ritmo vas a ir? ¿Qué marca quieres hacer? Oigo que Laura quiere hacer 2:40. Se que ir en su grupo sería una gran baza, sobre todo para chupar cámara en la retransmisión de Aragón TV. Mira que me gusta a mi un buen salseo pero esta vez había que intentar ir más rápido. Me adelanto y enseguida me quedo solo. En mitad de la nada. Solo el cierzo y yo.

Vaya 2 monumentos... Fotos de Barrel

Los primeros kilómetros van pasando cómodos. Abandonado pero feliz. Voy viendo caras conocidas entre el público y eso siempre anima. De momento, todo va viento en popa. El recorrido, salvo pequeños cambios, se ha consolidado estos últimos años por lo que me lo sé de  memoria. El principio me gusta bastante. No opino lo mismo de la zona de la Expo. Me parece bastante desangelada. ¿Pero sabéis qué? Te guste o no , te toca pasar así que nos ponemos a ello.

Noto que el grupo de Laura va unos metros detrás. ¿No sería buena idea esperarles y correr en grupo? Ir en solitario tanto tiempo va mermando las fuerzas. Está totalmente estudiado que se gastan muchas más energías pero se ve que hoy estaba en plan llanero solitario. Seguí mi encrucijada hasta el kilómetro 20. Es la parte donde rodeamos el Parque del Tío Jorge. Siempre se me atraganta esta zona. No se que tendrá pero es de mala digestión.

Al paso por la avenida del Puente del Pilar empiezo a oír unos gritos que me resultan familiares pero no lo asocio a nadie. Estoy pasando por una zona bastante desconocida. Me acerco y ahí estaban mi hermana y sobrinos. ¡Más familiares no podían ser! Les saludo y prosigo con mi aventura. Ya me voy notando el paso de los kilómetros. Algo no anda bien. De vuelta al centro y al paso por el Puente de Hierro donde se ubica toda mi familia, paso con una gran sonrisa pero más grande era la fatiga. Hagamos que parezca que todo va bien...

La Virgen del Pilar dice...

A orillas del Ebro ya me adelantan los compañeros que llevaba detrás con anterioridad. Me intento enganchar en vano. Sus ritmos ya me parecen inalcanzables. Vuelvo a pasar por donde mi familia y aunque intento disimular, mi  desencajada figura me debió delatar según me comentaron a posteriori.

Sigo con mi vía crucis. Sobre el kilómetro 28 y al pasar el túnel de Cesáreo Alierta, viendo que dos parciales se me habían ido por encima de 4, decido parar. ¡CORTOCIRCUITO TOTAL! No me había pasado en la vida en una maratón. Se me pasó por la mente abandonar y no lo dude un segundo. Cero capacidad de sufrimiento. Arrinconado en el asfalto vi pasar a Laura y su grupo. Ma agarré a un pequeño hilo de esperanza y retomé el camino.

Nada más lejos de la realidad, a escasos 1000 metros y mientras me estaba tomando un gel para coger energías, decidí parar del todo. Querer y no poder. Es todo un reflejo de la pelea interna que llevaba. Vi pasar a mi compañero Kevin. Le dije: -¡Hasta aquí hemos llegado!-. Frustrado y cabeza gacha me fui andando hacia la meta. Me estaban esperando los familiares. Esta vez no van a disfrutar de mi entrada triunfal, toca hacerlo por la puerta de atrás.

Esta claro que se me ha hecho muy larga la temporada. Igual ya no estamos para tantas semanas de entrenamiento. Tengo que jugarme mi baza a un único pico de forma o espaciarlos en más tiempo. O quizás solo ha sido un mal año. O tal vez haya llegado a mi tope. Tantas preguntas y ahora mismo todas las respuestas son negativas. Dejaremos reposarlo y hacer un pensamiento de forma más cabal.

De momento, lo que toca ahora es un cambio de chip. Una nueva aventura me espera ¿Quizás la más grande que he vivido? No lo sé, pero seguro que disfruto mucho del camino. Me espera nada más y nada menos que la SPARTATHLON


¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!

Tiempo: ABANDONO

                                              BANDA SONORA DE LA CARRERA










lunes, 17 de febrero de 2025

MARATÓN DE CASTELLÓN

 Ya estamos inmersos en 2025. Otro año más donde renovar objetivos, ponernos nuevas metas y buscar aventuras que nos hagan crecer. En mi caso, arrancaremos igual pero diferente. Mismo lugar, distinto resultado. Arrancaremos en la "Maratón de Castellón".

Por primera vez habíamos conseguido empezar la preparación con bastante antelación. Sin competiciones de ultrafondo alterando a mi entrenador. Me había juntado con unos amigos para hacer los entrenos de calidad y así exprimirnos aún más. Todo iba genial hasta que ¡ZASCA! Después de unas series de 400 empecé a notar molestias en la ingle. Fueron a más. Diagnostico: Pubalgia y 3 semanas perdidas. Trabajando con mi fisio y con ejercicios de rehabilitación conseguimos controlar las molestias pero a día de hoy aún siguen presentes.

Llegamos a Castellón en muy buena forma pero con la rabia de esas 3 semanas a medio gas (En una preparación tan exigente, perder 20 días es un mundo). No obstante, no nos dejamos amedrentar por la situación. Siguiendo las instrucciones de Fernando, decidimos arriesgar. Hemos venido a jugar. Si perdemos, ya echaremos otra partida en la Maratón de Zaragoza. All-in. Todo al 3:35 el kilómetro.

Salimos bajo una espesa niebla a las 9:17. Minutos después de la 10k donde, a posteriori, Kejelcha iba a conseguir récord del mundo. Como siempre en Castellón, la carrera sale volada. Sus amplias calles animan a llevar una zancada alegre y rápida. Para más inri, vas adelantando a los corredores de la 10k. Eso fortalece más el ritmo crucero.

En los primeros kilómetros consigo enlazar con la tercera clasificada, la keniana Pauline Mutwa. Veo que puede ser una excelente acompañante y me junto a ella. Van pasando los minutos relativamente cómodo aunque se nota que la atleta no está al 100% físicamente. Va por oleadas. Tan pronto acelera y me quedo descolgado como echa el freno y se nos va el ritmo por encima de 3:35.

Agarrado a la élite. Foto de Canofotosports

Cuando afrontamos los últimos metros para llegar al barrio del Grao, después de superar mi querida recta de 4 kilómetros, noto que el ritmo baja bruscamente. ¿Sigo en el grupo? ¿Me voy en busca de nuevas aventuras? Me acojo a mi intrépido espíritu corsario y abandono el barco. Me adelanto en solitario buscando el ritmo marcado por mi entrenador.

Sigue todo en orden, pasamos el 25km. Toca volver hacia le centro. En el momento de retornar a mi recta interminable, apareció un compañero que hacia mucho tiempo que no me visitaba: EL HOMBRE DEL MAZO. Como si de un apagón se tratase, se me fundieron los focos. Se me diluyó la fuerza. Las piernas ya no respondían. La recta de 4 kilómetros que tantas veces he disfrutado, ahora parecía un pasillo interminable.

Intentaba pero no podía. Por mi mente pasaba la posibilidad de parar en el 30. ¿Para que seguir sufriendo si no voy a conseguir los objetivos? Mi próxima preparación lo agradecerá. Por otro lado, mi orgullo me decía: ¿Has venido hasta aquí y vas a abandonar? Anda, anda. ¡No te pares, esgarramantas! Mi pareja me estaba esperando en los últimos kilómetros. ¿Cómo iba a aparecer yo andando? Decidido: NO ME PARO.

Contento de que acabe... Foto de elperiodic.com

La última hora de carrera poco más se puede decir. Sufriendo como nunca. Cuando me adelantaba alguien, mi pundonor intentaba seguirle. Situación que apenas duraba unos segundos. La cruda realidad. El tiempo pasaba muy lento. Ni ver a mi pareja me dio fuerzas. Eso la única vez que la vi, las otras, con la mirada perdida, ni la reconocí. Ya ni enfocaba...

Al final paré el cronometro en 2:38. Muy por debajo de mis expectativas. Al cruzar el arco de meta me alegré solo por acabar con la agonía. Arriesgamos y perdimos. ¿FRACASO? Tampoco lo creo. No todo sale siempre como uno se espera y menos en el deporte. Las circunstancias hicieron que no lo haya podido conseguir esta vez pero me esperan muchos más intentos. La ilusión no se pierde. Al revés, ahora tengo muchas más ganas. Seguir entrenando duro para conseguir un sueño. Seguir entrenado para resarcirme. Seguir entrenando para ser feliz.

¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!

Tiempo: 02:38:19
Clasificación general: 17

Clasificación categoría: 5

                                              BANDA SONORA DE LA CARRERA













domingo, 23 de junio de 2024

BACKYARD BENABARRE

 No hay nada más peligroso que te ofrezcan planes nuevos en un momento de euforia, sobre todo en el mundo del deporte. Una vez acabado el Maratón de Zaragoza, me encontré en los vestuarios con mi compañero Jesús. Entre risas y exceso de endorfinas, me comentó una carrera que se iba a celebrar en junio y prometía ser muy divertida. Ni corto ni perezoso, me embarqué en una nueva aventura. Una nueva disciplina: la "Backyard Benabarre".

Había oído hablar de esta nueva modalidad pero la tenía un poco alejada de mi radar. En los últimos años se ha expandido mucho por territorio nacional y hoy en día es muy popular en el mundo del Ultrafondo. Consiste en un recorrido en bucle de 6,7 kilómetros que lo debes hacer en menos de una hora. Si no lo consigues, quedas eliminado. Termina cuando un único participante puede completar el sólo por lo menos una vuelta más que los demás.

A priori parece una tarea sencilla completar 7 kilómetros en un hora. La dificultad radica en conseguir hacer las máximas horas posibles. Entra en juego mucho la estrategia. Aquí no gana el más rápido, sino el que más aguanta. Mi objetivo era completar 24 horas, planificando hacer cada recorrido en unos 45 minutos. Así tendría 15 para descansar y avituallar.

Nos presentamos en Benabarre con Jesús, Joaquín y Esteban, compañeros del Kalandrakas. Es una carrera de autosuficiencia. Nosotros nos teníamos que llevar todo lo necesario para sobrellevar las horas y la estancia. Tienda de campaña, carpa, mesas y sillas. Ya que por edad, tristemente voy dejando atrás la etapa de festivales musicales, poniéndole imaginación, era como estar en el Iboga Summer Festival. Incluso me traje el vaso para entonarme. ¡El que no se consuela es porque no quiere!

El recorrido es en un lugar privilegiado. El Parque de San Medardo. Atravesando bosque por senderos y pistas. Bonito pero exigente. Acumulamos 120 metros de desnivel en cada vuelta. Veremos como van pesando en las piernas...

Empieza la aventura. Foto del Diario de Huesca

Arranca la carrera a las 9 de la mañana bajo una gran animación.. Pongo un ritmo rápido. Esta vuelta me la voy a tomar como estudio, luego ya aflojaré ritmos. Me voy percatando de las zonas de subidas y los diferentes puntos para aprendérmelos. Me junto con Marc Fernandez, compañero de aventuras y una eminencia en el Ultrafondo español. Aprovecho para pedirle consejos de como afrontar la carrera. Me dice: - ¡Lo primero que NO tienes que hacer es lo que estamos haciendo ahora! -. Pues empezamos bien.

Acabamos la primera vuelta en 42 minutos. Nada más llegar debes tocar un cencerro para verificar tu logro. Ejecuto la acción  y rápido a mis aposentos para descansar. Son las 10 de la mañana. Hace ya bastante calor. Opto por cambiarme de camiseta. Una de tirantes, pastilla de sales, agua y a reposar.

La segunda vuelta más de lo mismo. Voy en los primeros puestos con Marc. Se que debería ir más lento pero me siento muy cómodo. Esta vez marcamos 39 minutos. ¡Creo que nos hemos pasado!

En cabeza van siempre tres atletas del Club de Atletismo Pomez Barbastro. Luego vamos variando la posición los demás compañeros pero yo en un par de veces llegué cuarto y a partir de ahí, para el speaker pasé a ser TOP4. Sin quererlo, había conseguido un nuevo mote en mi lista.

Con el gran Francesc. Speaker TOP

Las vueltas pasaban y yo seguía marcando 42 minutos como un reloj. Cambiábamos la dirección del recorrido cada vuelta, así se hacia más ameno. Yo me había marcado 3 puntos de referencia. Si pasaba por ahí en los tiempos estipulados, todo iba en orden. Se que voy muy rápido. Las grandes expertos en esta modalidad estaban marcando parciales de 52 minutos. Soy consciente pero también creo que estaba más cómodo a ritmos más ligeros. Me hubiera saturado ir más lento. O eso creía yo.

En la vuelta 7 me entró un antojo irrefrenable. Hacia mucho calor y solo pensaba en eso. Nada más tocar el cencerro me fui directo a un bar que habían montado los estudiantes de Benabarre. Cervecita con limón bien fría y a descansar. ¡Me sentó de maravilla! Me prometí que si llegaba a la vuelta 10, me iba a auto regalar una cerveza normal. 

Cuando volvimos a salir, con el sol apretando y el reseco de la cerveza, llevaba la boca fatal. Igual no había sido tan buena idea. Vale que me quiera creer que estoy en un festival pero tampoco me tengo que venir arriba. A partir de ahora, me llevaré un bidón de agua en mano para ir refrescándome por el camino.

A estas alturas de la carrera, la participación había caído en picado. De los 170 que empezamos, solo quedaríamos unos 30. Mis compañeros Joaquín y Esteban también habían caído en combate. Habían pasado en un momento de atletas a ayudantes y yo que lo agradecí. La ayuda en estas carreras me voy dando cuenta que es indispensable. Llegar y tenerlo todo preparado es un aval muy importante para que tu solo te dediques a no gastar fuerzas. Yo solía tener 16 minutos. Parecen mucho pero entre pitos y flautas, se pasan volando. Descansar, lo que es descansar, poquito.

Al principio somos muchos...

Llegamos a la vuelta 12. Un punto de inflexión. Se deciden retirar bastantes participantes, entre ellos, mi compañero Jesús y los 3 atletas que iban todo el rato primeros. Eso significa que me quedo yo a la cabeza del pelotón. Tenemos que coger el frontal debido a que son las 9 de la noche. Dentro de poco empezará a anochecer. Es la últimas vuelta que hacemos por el recorrido original. Después, solo iremos por pista para evitar accidentes. Consigo acabar en primera posición. Ya se que no significa nada pero siempre hace ilusión.

La noche va cayendo y con ello la animación tanto en la zona de corredores, como la fiesta interior. Los kilómetros van pesando. Ahora nos toca hacer un trayecto de ida por pista y volver por el mismo sitio. Ante la soledad, siempre viene bien cruzarte con otros compañeros. Vuelvo a acabar primero y sigo manteniendo los parciales de 42 minutos.

El problema ahora radica en los descansos. Empieza a bajar la temperatura. Cuanto más tiempo estás parado, el cuerpo se enfría más. Otra vez caigo en la misma discusión interna. Ya se que podría ir más lento para paliar dicho inconveniente pero el cuerpo me pide ir "ligero". No se actuar de otra forma. De momento me funciona. ¡Vivamos el presente!

Cuando consigo llegar a la vuelta número 15, mis compañeros ya se han ido a la cama pero aparece Miren para suplirles. Como he dicho, la compañía es fundamental. Pese a la compañía, la noche hace estragos en mi. El frío, las rozaduras y lo más difícil de gestionar, la mente, están volviéndose un problema. Intento no pensar. Ser un autómata. Me dirijo a meta como el que va al paredón. Cuenta atrás y volver a empezar.

Acabo la vuelta 16. Por la noche siempre vamos en cabeza 3 compañeros. Nos vamos intercambiando las posiciones. Compartimos algunas palabras pero aquí la guerra es interna. Ya estoy hablando demasiado conmigo mismo. Introspección total. Acabo primero esta vuelta.

La vuelta 17 transcurre por los mismos derroteros. Escozor máximo en las zonas intimas y cerebro desquebrajándose. Sin embargo, sigo manteniendo los parciales. De físico voy bien. De todo lo demás, para reciclar. Al llegar a meta me obsequian con una longaniza de Benabarre. En cada vuelta hacían un sorteo de productos de la zona y después de 17 horas, por fin había sido el agraciado. A estas alturas, quedábamos 14.

Tenía 13 minutos para descansar, para pensar en mi futuro más inmediato. El regalo había sido un soplo de aire fresco pero mi mente estaba decidida a tirar la toalla. Me decía: - Aguanta hasta que seas TOP 10 y ya te retiras -. Enseguida cambiaba de opinión. No tenía lógica seguir. Miren me animaba a seguir pero con la prudencia de estar hablando con un guiñapo que no puede con su vida y empieza a desvariar.

Al final, sobran las palabras...

Avisan de que faltan 3 minutos para emprender la marcha. Quedan 2 minutos. 1 minuto. Me dirijo a meta. 3, 2, 1 y salimos. Al metro me detengo y digo a Germán, el organizador, que mi aventura acaba aquí. Es como Gran Hermano pero no hace falta que me haya echado la audiencia. Abandono yo. Me fastidia no avanzar más. No quedar entre los 10 primeros pero mi mente ha decidido. Fantaseaba con que el amanecer me diera energías renovadas pero aún quedaban 4 horas.

No puedo estar contento porque me había planteado aguantar un día. No ha podido ser. Igual era muy ambicioso sin saber donde me estaba metiendo. La noche me ha rematado. Igual si hubiéramos empezado a las 21:00, quitándonos las horas nocturnas al principio, la aventura tendría otro final. No lo sé. Es muy fácil hablar a toro pasado. Me quedo con lo positivo de haber descubierto la BACKYARD. Una modalidad que me ha encantado. Me ha puesto es su sitio, me ha derrotado pero no se como , salgo enamorado. ¡En los asuntos del corazón, no hay regla de dos!

¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!

Tiempo: 17:00:00
Clasificación general: 11

Kilómetros realizados: 115

                                              BANDA SONORA DE LA CARRERA













jueves, 16 de mayo de 2024

CAMPEONATO DE ESPAÑA 100KM

Acabada la preparación maratoniana, tocaba dar un pasito más. Ampliar zancada y kilómetros. Nada mejor que rematando la temporada en el "Campeonato de España de 100km".

Este año se celebraba en Sotillo de la Adrada (Ávila). Después de participar en las últimas ediciones de Santander y con resultados en caída libre, me apetecía un cambio de aires. Resetear y volver a ilusionarme con esta modalidad. Las condiciones, a priori, parecían las mejores. Muy cerca de mi última maratón, con lo que podía aprovechar entrenos y estado de forma. Además de una mejor climatología.

Por contra, el último mes en el que mi intención era aumentar kilómetros y bajar calidad, al final desembocó en un pequeño caos. Un laberinto de turnos de trabajo, poco entreno y una semana antes de la competición: Un crucero. Como podéis imaginar, los excesos camparon a sus anchas sobre aguas internacionales. 

Con una mezcla rara de ilusión y tranquilidad me presenté en la localidad abulense. Consciente del tramo final tan errático que he llevado pero confiado en mis posibilidades al cien por cien. 

El día se presentaba bastante caluroso. Por suerte, empezábamos a las 7:30. Las primeras horas serían benevolas con nosotros. Luego ya se verá. En la zona de salida, todo bien preparado en las mesas. Geles, hidratos e isotónicos serían mi dieta durante las próximas horas. Para proporcionármelos, los mejores asistentes que uno puede tener, mis padres. Siempre al pie del cañón.

Encerrados en el redil. Foto del Campeonato

Recalcar que el recorrido es igual que en Santander. 20 vueltas a un trazado de 5 kilómetros donde ya nos avisan que es exigente. ¿Tampoco será para tanto no?

Empieza la carrera y todo el mundo sale como si estuviéramos en una 5k. En realidad es así, con la diferencia de que lo debemos hacer 20 veces. Mi intención es ir a ritmo de 4:25 pero los primeros compases salen más rápido. Me dejo llevar por la manada.

Ya en el kilómetro 2 me encuentro con la parte dura del trazado, una cuesta bastante pronunciada que esta vez la hago sin problemas. Ya os contaré dentro de unas horas. Después una larga bajada por zona de sombra muy cómoda y con el suelo recién asfaltado (Lo tuvieron que hacer por la celebración del Mundial la temporada pasada). Cuando llegamos al final del circuito, unos cambios de dirección un poco bruscos y otra subida, esta vez menos exigente. Acabamos con una bajada con mucho desnivel donde sin querer te pones a ritmos muy rápidos y salimos al inicio. 

Una vez analizado el recorrido que vamos a tener que hacer, mi primera impresión es positiva. Hay muchas bajadas para descansar y subir el ritmo. A la segunda vez que lo hago, voy cambiando de opinión. Las bajadas ya no me parecen buena idea, prefiero las subidas. A la tercera, Ya no me gusta ni una ni la otra. ¡Quiero llano!

Con este devenir de sentimientos, va avanzando la mañana. Como siempre, me cuesta entrar en calor pero a la hora ya me empiezo a encontrar bien. Sigo a un ritmo de 4:20 bastante cómodo pero soy consciente de que la batalla acaba de empezar.

Preparando los neumáticos 

No consigo hacer grupeta con nadie. Voy haciendo la goma con Estefanía Unzu y Jessica Tipan. En las subidas adelanto yo y en las bajadas se me escapan. Al final, un trazado con tanto desnivel, es imposible llevar un ritmo constante y cada atleta se desenvuelve mejor en una zona. Entre tanto, me encuentro con mi gran mentor en estas lides, Javier Lozano. Hablamos un poco y me adelanto. Me dice: - Dosifica que queda mucho -. Sus palabras resuenan en mi cabeza con cierto aroma a profecía.

Cuando ya llevamos 3 horas de competición, las zonas de sombra que disfrutábamos al pasar por la arboleda, se habían esfumado. La placida mañana se estaba convirtiendo en un hervidero. Por suerte, en mitad del recorrido había un avituallamiento de agua donde poder refrescarse.

Nos acercábamos al ecuador de la carrera y todo iba bien. El sol ya hacía mella en mi pero no en mi piel. Si llevas como asistente a tu madre, te aseguro que no te dejará empezar una competición sin antes ponerte crema solar. ¡No te va a faltar de nada!

Pasado los 45 kilómetros, como si de una película de M. Night Shyamalan se tratase, aparece un giro de guion que nadie se esperaba. En el fondo, yo si lo esperaba pero no quería verlo. Mis piernas ya no funcionan. La subida antes mencionada ahora mismo me parece el Annapurna. Las bajadas, una tortura para los cuadriceps y los giros, besos envenenados en mis tobillos.

El hombre del mazo observándome

Bajo el ritmo considerablemente, algunos kilómetros caen a 5. Mi cabeza, la gran aliada en estas distancias, decide volverse contra mi. Empiezo a tener sentimientos negativos: ¡Ya no voy a poder mejorar marca! ¡Para que voy a seguir sufriendo! ¡No puedo con este calor! Todo este cocktail cerebral acaba en un desenlace esperado: Me retiro en el kilómetro 55.

No se que me pasa con esta modalidad. Hay un momento en el que empiezo a sufrir y no se darle la vuelta a la tortilla. Mi mente se desquebraja y opto por la solución fácil. Se que mi cuerpo hubiera podido seguir. ¿Qué no hubiera conseguido hacer los objetivos marcados? Seguramente no pero si estaba en condiciones de seguir y acabar, incluso con una buena marca y optar a medallas.

Es cierto que la única vez que he conseguido acabar fue en la edición de Santander 2021. En ese momento hice una preparación especifica solo para esa carrera. Con un volumen muy alto de kilómetros y un número de semanas estudiadas. El resultado no pudo ser mejor. Las siguientes, he confiado en alargar temporada y esperar que lo entrenado con anterioridad me fuera suficiente. El resultado no puede ser peor. Y ya van 3, vivo en el día de la marmota y no aprendo.

Tengo que hacer un pensamiento. Entrenar mi mente para poder superar ciertas situaciones o darme por vencido y aceptar que no es mi modalidad. Buscaré una solución pero de momento toca hacer borrón y cuenta nueva. Toca irse a la montaña. Toca buscar retos diferentes. TOCA DISFRUTAR.

¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!

Tiempo: 04:02:14
Clasificación general: Retirado

Kilómetros realizados: 55

                                               BANDA SONORA DE LA CARRERA





sábado, 20 de abril de 2024

XVII MARATÓN DE ZARAGOZA

Sigue avanzando la temporada a paso firme. Los kilómetros se van acumulando en las ya maltrechas piernas. No obstante, no hay tiempo para claudicar, toca correr en casa, toca disfrutar del "XVII Maratón de Zaragoza".

Al principio de la temporada, allá por noviembre, con mi entrenador fijamos la competición en la capital aragonesa como la fecha perfecta para cumplir objetivos. El punto final a una planificación intensa donde se viera reflejado todo el esfuerzo realizado. Por el camino, añadimos el Maratón de Castellón, únicamente como aliciente para saber si íbamos por el buen camino. Al final, todo salió mejor de lo esperado y cumplimos objetivos antes de tiempo.

Con esta premisa, afrontamos la parte final de la preparación para Zaragoza. Siguieron saliendo lo entrenos dentro de lo esperado pero la motivación había decaído. Era como si mi mente, al conseguir mejor marca personal en Castellón, se hubiera desconectado. Cuesta mantenerte concentrado tanto tiempo, por lo menos yo, rey del despiste. Con esto no quiero poner escusas, mi entrega siempre va a ser total.

Amanece el día perfecto. El cierzo nos da una tregua. Con eso ya somos felices a orillas del Ebro. Arrancamos y enseguida se limpia la carrera. Los grandes favoritos se distancian. El resto de mortales vamos formando una gran serpiente multicolor, cada uno buscando su ritmo. En mi caso, 3:40, incluso, si mi cuerpo me concediera permiso, ajustar a 3:38.

Con toda una Campeona de España. Foto del Maratón

Al primer paso por el puente de Hierro (2km) me junto con Lidia Campo, actual campeona de España de 10km en ruta. Hacía de liebre de la keniana Rita Jeptoo. Me dijo que si me juntaba con ellas, me llevaría hasta el kilómetro 15. Acepté como buen comensal. Espero que no se me atraganté la invitación. Además, como perro viejo que soy, sabía que al juntarme con la primera clasificada, iba a acaparar protagonismo en la retransmisión en directo por Aragón TV. ¡Oye, no todos los días uno puede compartir plano con dos campeonas!¡Que me quiten lo bailado!

Al principio el ritmo marcado era fuerte pero me mantuve pegado. Luego bajó. Lidia constantemente estaba mirando hacia atrás y dando palabras de animo a Rita, que iba haciendo la goma. Yo, tan pronto iba con el gancho o me ponía en cabeza. Le pregunté. Me dijo que su plan era ritmo de 3:32 con una proyección de 2:30 en meta. ¡Me asusté! -¡ A donde voy yo!-. Por suerte, enseguida añadió que se veía obligada a bajar el ritmo. No debía ser el día de Rita. -¡Suspiré aliviado!-.

Cerca ya de esos 15 kilómetros mencionados donde se iba a retirar la liebre, observé que mi ritmo global estaba en 3:41. Se me estaban escapando los parciales así que decidí saltar del barco y navegar en solitario. Cambiaba la película por completo. Ahora era único protagonista. Empiezo a ajustar ritmos y al paso por las Murallas aparecen, incombustibles como siempre, mi familia. Una ayuda extra para empezar con la remontada.

La familia siempre te saca una sonrisa...

A partir de aquí, una pelea a tres bandas, conmigo mismo, piernas y cerebro. Nadie más en el horizonte. Las sensaciones van siendo buenas con el paso de los kilómetros pero no todo lo deseables para conseguir objetivos. Me voy poniendo pequeños retos. El siguiente, llegar a la calle Echegaray y Caballero donde van a estar ubicados otra vez mi familia. Antes de ahí, me encontré a mi cuñado y a lo largo de todo el recorrido, multitud de gente conocida. A mi jefe y niños del Club de Atletismo San José, a compañeros de carreras y amigos que hacen todo mucho más fácil. Es una baza a favor el correr en casa.

Se acercaba el momento temido por todos los atletas. La subida del Paseo Cuellar (33km). A estas alturas, no iba a hacer marca personal y si tenía alguna duda, con las primeras rampas, quedó totalmente confirmado. El ritmo se desplomó. Cambio  de chip. Intentar acabar lo mejor posible en la clasificación. Al paso por el Parque Grande, pude observar los atletas que me precedían. Me puse manos a la obra. Sabía que solo había que llegar el kilómetro 37 y luego pies en polvorosa hasta meta.

Llegando al centro enlacé con José Pablo Salazar. Ya solo quedaban 2 kilómetros. A disfrutar de la algarabía y del ambiente festivo de las calles. Sonrisa en mano, afronté la calle Don Jaime. Nuestro baño de masas particular. Se te ponen los pelos de punta cuando pasas por sus extintos adoquines. Me quedé cerca de Damien Urcun pero ya me fue imposible contactar con él. Al final crucé la meta en octava posición y vislumbrando el fallido cronómetro de 02:37:13. Un sensación triste que enseguida se desvaneció gracias al gran Mariano Navascués que con micro en mano me recibió por todo lo alto.

De crack a crack...

Como he dicho, son sensaciones contradictorias. Sabía que ya llegaba un poco pasado de forma y motivación pero siempre tienes la esperanza de mejorar tiempos. No lo conseguí. Esta vez no pudo ser. Por esa parte no estoy satisfecho pero por otro lado, no deja de ser especial correr en casa y sentirme importante. Todos sabemos y somos conscientes que el nivel es más bajo que en otras maratones pero Zaragoza siempre tiene algo especial. Zaragoza siempre en mi equipo.

¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!

Tiempo: 02:37:13
Clasificación: 8
Participantes: 1600

                                                      BANDA SONORA DE LA CARRERA







martes, 27 de febrero de 2024

MARATÓN DE CASTELLÓN (CAMPEONATO DE ESPAÑA MASTER)

Con los años, cada vez compito menos. Antes me inscribía a cualquier carrera y no disfrutaba de la preparación. Ahora soy más consciente de todo lo que rodea a conseguir un OBJETIVO. Me centro en ello y no hago esfuerzos sin recompensa. Llevaba sin ponerme un dorsal desde el TOR DE GEANTS, allá por septiembre. 5 meses después y después de mucho trabajo, vuelvo a una línea de salida, vuelvo al MARATÓN DE CASTELLÓN.

Como todos los inviernos, hablo con mi entrenador y damos forma a la planificación. Dudaba entre Castellón o Sevilla. Al final, por logística y presupuesto, me decanté por la primera opción. Ahora solo tocaba volver a la rutina de entrenamientos. Reencontrarme con los intervalos y las series. Es una relación que cuesta. Al principio todo son desavenencias y crispaciones pero según avanzan las semanas, os acabáis entendiendo, incluso en mi caso, me acabo enganchando. ¡Estoy IN LOVE con las series de 2000!

Llegó la hora del  maratón. Las sensaciones eran inmejorables. Me sentía más rápido que nunca y mi entrenador me lo había ratificado. Me dijo de ir a un ritmo de 3:40. Eso significaba bajar 3 minutos mi marca personal. Personalmente, lo veía un poco utópico pero yo me encomiendo a las sabias palabras de Fernando. Obedecer y correr.

Al ser Campeonato de España, el nivel iba a ser alto. Más posibilidades de hacer una buena grupeta y ver pasar los kilómetros algo más cómodos. Nada más arrancar, como siempre, todo el mundo sale pasado de revoluciones, yo intento ser fiel a los deberes marcados pero el primer kilómetro se me va a 3:30. ¡Menuda calentada para empezar!

¡Ante todo, disfruta de lo que haces! Foto de Canofotosports

Intento regular y no dejar llevarme por impulsos. Hacer mi carrera y olvidarme de los demás atletas. Eso hace que los primeros minutos vaya solo en mi odisea. Para añadirle más ingredientes al cocktail, el viento es intenso. Tengo que lidiar con él en las grandes avenidas por las que nos movemos. Acompañado hubiera sido más llevadero pero se ve que soy un bebedor solitario.

En el kilómetro 16 dejamos atrás la parte edificada y ponemos rumbo al Grao. 4000 metros en forma de recta interminable. Para unos, una bendición, para otros, el mismísimo infierno. Yo me limito a seguir concentrado. Me pongo como meta, alcanzar a un grupo de 3 atletas antes de llegar. Justo cuando volvían a hacer acto de presencia los edificios, conseguí contactar. Me dieron la bienvenida y me puse a su vera pero algo no iba bien. Llevaban un ritmo poco constante. Tan pronto aceleraban como frenaban. Yo, paranoico con el ritmo, cuando veía que íbamos más lento de 3:40, me ponía nervioso. Decidí saltar del barco y proseguir mi camino en solitario. Otra vez más...

Próximo destino: Otro grupo de 3 atletas que corrían en equipo. Eran master 40, ya los tenía fichados de la salida. Me parecían unos buenos compañeros para la parte final del maratón. Misma situación, misma solución. No me gustó el ritmo y seguí mi camino. ¿Estaré siendo poco conservador? ¿Acaso no me vendría bien un poco de compañía para acabar más entero? En estos momentos, no entendía de cábalas. Iba a piñón fijo, no había otra alternativa.

Volví a afrontar la recta que nos llevaba al centro de Castellón como en la ida. Más solo que la una. - ¡Y tan a gusto, oye! -.

Era el kilómetro 30 cuando nos metíamos otra vez bajo el refugio de las calles acompañadas por público. Es un aspecto a recalcar. La gran cantidad de gente que inunda las calles y los numerosos grupos de animación: Batucadas, Discomóvil, gente haciendo zumba, disfraces, aficionados de fútbol, una orquesta... Aunque sea durante unos segundos, todas estas personas te ayudan a dejar a un lado la fatiga. En el fondo, no somos realmente conscientes de lo importantes que son para conseguir nuestro objetivo. ¡GRACIAS!

¡Garrote!

No obstante, las fuerzas empezaban a flaquear, el viento era más intenso. Cuando te daba de cara, el esfuerzo extra era considerable. Lo que antes era una simple brisa, ahora era como empujar una pared. Tocaba apretar los dientes y tirar de rasmia. Kilómetro 33, 34, 35, iban cayendo como una losa. ¿Me habré pasado de rosca? Me temo que si...

Las sensaciones eran muy malas pero los ritmos los conseguía mantener. -¡Venga Tricas, coño! -. Me gritaba a mi mismo. Que todo ese esfuerzo durante meses no quede en vano. A lo lejos vi a un atleta de mi categoría (M35). Era el primero que veía en toda la carrera. Me dio un poco de energía extra para adelantarle. Ya no quedaba nada. Después contacté con una atleta africana y ya se divisaba la meta. El acelerón final. Veía el marcador, está tan cerca, lo consigo, ahora está lejos, no lo consigo, me da igual. Disfruto del momento. Al final 02:35:10.

¡Increíble! Menudo bocado le he dado a mi marca personal. Son cifras que no me imaginaba conseguir nunca. Las veía tan lejanas que ni se me pasaba por la cabeza. Esto solo quiere decir que con mucho esfuerzo y dedicación, se pueden conseguir cosas que no te esperas. Además, para agrandar más mi fantasía, al cruzar la meta, el atleta M35 que había adelantado me dijo que creía que había quedado tercero en el Campeonato de España de mi categoría. ¿QUÉ? Me sentía Bruno Hortelano en Dinamarca. No me lo podía creer. Tenía que cerciorarme bien antes de emocionarme. Miré por internet y si, MEDALLA DE BRONCE. ¡Esto ya es insuperable! Feliz se queda corto.

¡Un sueño! Foto del Periódico del Mediterráneo

En mi caso, un factor fundamental con respecto a otras preparaciones ha sido el manejo del ocio. Nutrición, descanso y deporte los he mantenido más o menos igual pero como ya todos sabéis, mi talón de Aquiles es la fiesta. Esta vez lo he regulado bastante, solo he salido un día durante toda la preparación y digamos que fue un "rodaje suave". No tiene mucho más misterio. Ya lo sabía pero no era consciente de la gran diferencia de resultados. El cuerpo es sabio, más sabio que yo...

No quiero acabar sin agradecer a tod@s los que han colaborado durante estos meses y han sido pieza clave. Mi pareja, la familia, Los compañeros de Andandaeh, mi nutricionista, los fisios, el gimnasio, mis niños del Club San José que tanto me motivan pero especialmente al gurú de todo esto: FERNANDO. Mi entrenador desde que tenía 10 años. Me ha visto crecer, descarrilarme, volverme a enderezar, hemos tomado chupitos, compartido competiciones de atletismo, bailes y carreras. Toda una vida. Estoy seguro que solo él sabe sacarme este rendimiento. Pese a que muchas veces le pitarán los oídos cada vez que me manda series de 150 metros, las hago sin rechistar. El tiene la formula secreta. Próxima parada: Zaragoza.


¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!

Tiempo: 02:35:10
Clasificación: 16
Clasificación Campeonato de España Master: 7 global /3º de mi categoría


                                              BANDA SONORA DE LA CARRERA









martes, 13 de junio de 2023

100KM EN RUTA DE SANTANDER

Como es tradición desde hace ya 3 años, me gusta acabar la temporada de asfalto en el norte de la península y a lo grande. Para poner el broche final a unos meses increíbles, vuelvo a participar en "100km en ruta de Santander".

Ha sido un principio de 2023 muy positivo en cuanto a rendimiento. Pese a no cumplir el objetivo en la "Maratón de Zaragoza", si realicé mejor marca personal. Además, tras varios intentos fallidos, al fin conseguí el récord de Aragón en ultrafondo en la modalidad de 24 horas. Con este bagaje llegaba a tierras Cántabras: Sin ninguna presión pero con ganas de redondear un año fantástico.

Mi objetivo es intentar batir mi propia marca (07:33:56). Ya que tengo que desplazarme tan lejos, que el viaje no quede en balde. Como dice la famosa frase de Cruz y Raya: -¡Si hay que ir se va, pero ir pa ná es tontería! -. También es verdad que después de la competición de Ciudad Real, me he desinflado. El alcanzar el récord en las 24 horas me supuso tanto estrés, que una vez conseguido, mi motivación bajó. He seguido entrenando pero tengo dudas. No estoy seguro si me alcanzará...

Llegando a Santander nos estaba recibiendo un sol radiante. Según las predicciones, todo iba a cambiar al día siguiente: Cielos cubiertos y lluvia a lo largo de toda la jornada. No se que prefiero. Cuando vas a estar corriendo 8 horas, todo te viene igual de mal.

Tiempos de bonanza. Fotos de Atletismo en Cantabria

Este año, la competición no acoge el Campeonato de España por lo que la participación es menor. Además, no vienen grandes nombres como otros años pero que eso no quite merito ni compromiso a los que nos ponemos en la línea de salida. Es posible que no se vean grandes marcas pero podéis estar seguros que vamos a ponerle más ganas aún e intentar dar todo el espectáculo que nuestro cuerpo nos deje.

Se da comienzo a la prueba y como siempre, los de la modalidad de 50km salen disparados. Mi estrategia de carrera es subir un poco el ritmo medio con respecto a otros años. Voy a intentar rodar a 4:25. En esta disciplina siempre es complicado las primeras horas de carrera. Te encuentras muy cómodo físicamente y eso te da pie a querer ir más rápido pero.....¡ERROR! Más vale que te pares a pensar un poco y recapacites. "Es mejor prevenir que curar". Este dicho llega a su máxima expresión en días como hoy. 

Yo, como soy más simple que el mecanismo de una cuchara, hago caso omiso de las líneas rojas del Ultrafondo. Sin querer hacerlo, voy rodando en 4:20. -¡5 segundos más rápido no son nada! - Me digo mientras voy acumulando kilómetros. A mi favor, he de decir que iba en segunda posición y eso siempre es un aliciente irrefrenable.

Al llegar a los 30 kilómetros las sensaciones no eran tan buenas y el sol caía con fuerza sobre el parque de las Llamas. Otro gran acierto de la Agencia Estatal de Meteorología. Mi hidratación era la planificada y en una parte del recorrido teníamos esponjas para refrescarnos. Aún así, no conseguía plantar batalla al calor. Me estaba ganando con suma facilidad.

En el kilómetro 40 las piernas ya iban tiesas, aún así seguía manteniendo el ritmo. Siempre espoleado por mi puesto en la clasificación. Deseaba orinar pero lo intentaba alargar lo máximo posible. Como si de una estrategia de Formula 1 se tratase, no quería entrar aún en boxes. Las alarmas se encendieron y tuve que parar en el 42. Vi que era un número muy apropiado en esto del atletismo. Un número místico que me iba a proporcionar energías renovadas...

¡Vaya por dios! No acerté. Una vez retomé la carrera, las sensaciones ya no eran las mismas. Seguía en los ritmos previstos pero me sentía más pesado e incomodo. Las altas temperaturas no ayudaban. Al pasar por el avituallamiento ya alerté a mis padres de mi situación. Quería por lo menos llegar a hacer 50 kilómetros. Una vez entró este pensamiento en mi cabeza, no hubo marcha atrás. Se apoderó de mi mente y ésta lo transfirió al cuerpo. Fui menguando la velocidad hasta el punto de parar y andar. Me adelantaron tanto el tercer clasificado como mi amigo Javi Lozano. Me animó a seguir pero la decisión ya estaba tomada. En cuanto entras en bucle negativo, yo creo que es casi imposible remontar. O por lo menos, no he aprendido a hacerlo.

Al volver a pasar por meta decidí tirar la toalla. Mi combate había finalizado. En cuanto vi que los ritmos bajaban y mi objetivo se tornaba imposible, opté por la retirada. Me quedaban aún 50 kilómetros por delante. No veía necesario cargar con un esfuerzo extra al cuerpo siendo que no iba a poder conseguir mis propósitos.

¡Derrotado!

Además, en 6 días tengo un reto personal con el que estoy muy ilusionado. Voy a ir corriendo desde mi ciudad a mi amado pueblo. De Zaragoza a Vinuesa. O lo que es lo mismo: 188 kilómetros. Viendo que ya era imposible conseguir el récord que buscaba en Santander, lo mejor era guardar fuerzas. ¿Igual es una excusa que me autoimpongo para enmascarar el fracaso? No lo sé, el poder de la mente es muy curioso.

Al finalizar la prueba, Javi, que es perro viejo en estas lides, me comentó que debía de haber intentado acabar. Hubiera sido un pulso a la fuerza mental. Aunque no hubiera ganado la carrera, la victoria la habría conseguido conmigo mismo. Igual tiene razón. De todo se aprende y a mi me queda mucho camino por recorrer en esta disciplina. Prometo ser buen alumno. ¿Lo conseguiré?

¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!

Tiempo: 03:49:49
Clasificación general: Retirado

Kilómetros: 50

                                               BANDA SONORA DE LA CARRERA




domingo, 7 de mayo de 2023

24 HORAS EN PISTA DE CIUDAD REAL

Como si de un déjà vu se tratase y pese a decir la típica frase "Aquí no vuelvo", otra vez estaba enfrascado de lleno en un festival y no de música precisamente. Volvíamos a repetir en el Ultrafondo, en las 24 horas en pista de Ciudad Real.

Es una situación contradictoria. Es la disciplina que más me ha exigido física y mentalmente. En el aspecto corporal, nunca he sentido un dolor así al acabar la prueba y en cuanto a la cabeza, es una autentica tortura. Pese a todo....¡ME ENCANTA!

Además, seguía con una espinita clavada. Mi objetivo principal siempre ha sido intentar conseguir el récord de Aragón. En las 3 competiciones anteriores he vivido una continua evolución. Desde el desastre de mi estreno hasta quedarme a las puertas en Can Dragó. Esta última, precisamente, me hizo darme cuenta que lo podía conseguir. Esperemos que a la cuarta sea la vencida.

Amanece el día de la carrera con un sol radiante. Que inicie a las 12 del mediodía, no da pie a aprovechar el "fresquito de la mañana". Aquí no nos andamos con rodeos. Venimos a sufrir desde el inicio.

Somos pocos los atletas que participamos, unos 30. Personalmente, lo prefiero así. El ambiente se hace más cercano tanto entre los corredores como con los acompañantes y la organización. Somos una GRAN pequeña familia.

La Gran familia del ULTRAFONDO

Mi estrategia al principio será hacer unos 12 kilómetros a la hora. Ir acumulando la primera parte de la carrera para tener la despensa llena cuando lleguen las horas cruciales. Ser una buena hormiguita. Más tarde, por cada media hora corriendo, daré una vuelta andando a la pista. Luego haré lo que me dé la gana pero así parece que lo tengo todo controlado.

Iban pasando las horas y todo marchaba a la perfección. El peor enemigo era el calor. Solución: Mucha hidratación por dentro y fuera y bajar un poco el ritmo. No obstante, las temperaturas eran más benévolas de lo que nos esperábamos. Ra estaba teniendo compasión de nosotros.

Eran las 10 de la noche y nos acercábamos a los 100 kilómetros y con ello, una merecida recompensa. Al llegar a la centena siempre me auto regalo una ducha. Reponer energías y cambiar de ropa. Me han comentado que haciéndolo, pierdo mucho tiempo. Decido cronometrarme al más puro estilo Formula 1. En total, 13 minutos. Estoy sin sumar vueltas un tiempo pero como me dijo mi compañera Elena, luego las gano. Regreso con la barrita llena de energía y acelero el ritmo. ¡Empieza una partida nueva!

Llega la medianoche. Llega el ecuador de la carrera. Llega el momento crucial. Llega...¿el qué?...La hora de la verdad. En anteriores ediciones, al llegar las 12, mi mente colapsaba. El caos se adueñaba de mi y acababa retirándome. Afortunadamente, encontré la solución en Can Dragó.

                                  "Este es un evento patrocinado por Spotify"

La música fue mi salvadora. Procedo a poner los cascos en mis oídos, me sumerjo en la melodía y consigo abstraerme de todo. La misión en estos momentos es no pensar. "Jahsta" y "la Pegatina" son los fieles compañeros. 3 horas que pasan sin apenas enterarme pero al final todo cansa, apago el móvil y vuelvo a la realidad de la competición.

Concentración...

Ya llevamos 15 horas de carrera. Es el momento de hablar de otra pieza clave. Yo diría que la más importante: LOS ACOMPAÑANTES. Cuando tu mente ya no encuentra ninguna solución, es fundamental alguien que consiga animarte y hacer ver todo lo positivo de la situación. En mi caso fue mi chica. Ella se encargó de llevarme por el buen camino. Evitaba que cayera en los peligros de una mala alimentación en forma de helado. Hacia cuentas imposibles para saber las vueltas necesarias que debía dar a la hora. Si se me antojaba un caldo, me quitaba la tontería de la cabeza. Incluso cuando llegaban las 5 de la mañana, me mandó a dormir. Sabíamos por experiencia que es una táctica que me viene muy bien. Desconectar un poco las piernas provoca que vuelva a retomar ritmos perdidos. Pese a mi reticencia a abandonar la pista, al final accedí a descansar 30 minutos. A estas alturas, había conseguido ponerme segundo en la clasificación pero era hora de mantener la cabeza fría. Mi objetivo era el récord de Aragón.

También tuvimos mucha suerte con nuestros compañeros de avituallamiento. Nos juntamos en las mismas mesas 8 auténticos personajes. Sin duda, esta experiencia no hubiera sido lo mismo sin Fran, David, Noemí, Pablo, Elena y su marido. Los que estamos en pista tenemos nuestro mérito pero los que se mantienen a nuestro lado, aguantándonos, es para quitarse el sombrero. ¡GRACIAS!

Después de un merecido descanso, volví más activo pero la alegría duró poco. Cuando quedaban 5 horas de competición comenzó mi vía crucis personal. Todo lo veía negro. Las cuentas no me salían y solo quería tirar la toalla. Ya me daba igual el récord. Aquí apareció mi novia. Se puso el traje de "poli mala" y empezó con su peculiar manera de convicción. Y tanto que lo consiguió. A base de represalias y amenazas amistosas, hizo resurgir otra vez mi vena luchadora. He de reconocer que me llegué a enfadar por no dejarme parar pero acaté sus ordenes sin rechistar porque en el fondo, sabía que era lo correcto.

Así, con la energía renovada, aderezada con los primeros rayos de sol, Tricas se vino arriba. Me estrategia era correr 5 kilómetros seguidos y descansar una vuelta. Pequeños objetivos para dinamizar cuerpo y mente. 

Los diferentes cambios de estado de los atletas a lo largo de la noche, hizo que llegáramos a la parte final de la competición los 4 primeros clasificados bastante igualados. Entre nosotros nos llevábamos una distancia considerable pero resultaba gracioso. Si yo me ponía a correr, el que iba segundo tenía que acelerar también por miedo a que le alcanzara e inevitablemente, hacíamos no confiarse al primero. Yo solo quería conseguir mi objetivo lo antes posible, la clasificación era algo secundario. No para Fran y Kiko, que les puse en jaque. No dejé que se relajaran en ningún momento. Ya lo siento, no era mi intención pero hay que reconocer que dimos un buen espectáculo.

En esta disciplina la estrategia es fundamental para luchar por la victoria. Descansar cuando ves que lo hace tu oponente. Cambios de ritmo. Intentar convencer a tur rivales para andar. Buscar aliados. Es algo increíblemente divertido. Todo esto mientras yo iba a fuego, incluso más rápido que las primeras horas.

Me di cuenta que lo iba a conseguir cuando me quedaban 15 kilómetros pero seguí apretando lo máximo posible. Tengo el recuerdo de Can dragó. Mi lucha contra el crono hasta el último minuto y no quería pasar por lo mismo. Cuando quedaban 40 minutos, solo me separaban escasos metros del récord. Con los organizadores volcados con mi objetivo, a ritmo de megafonía, me acompañaron en la consecución del logro. Toda la pista aplaudiéndome. Fue algo inolvidable, una alegría indescriptible. Era imposible eliminar la felicidad de mi cara. Según Noemí, no había dejado de sonreír durante las 24 horas pero ahora había llegado a mi clímax. Y digo yo: -¡Como no voy a sonreír si estoy haciendo lo que me gusta!-. 

Super feliz. Foto de Lanza Digital

En cuanto lo conseguí, mi cuerpo dijo basta. Ya no podía dar una zancada más. El resto del tiempo andando hasta completar 208 kilómetros. ¡LO CONSEGUÍ! Tantos intentos fallidos y kilómetros acumulados han merecido la pena. Todo trabajo tiene su recompensa. Si eres resiliente, al final tus objetivos se cumplen. Ahora toca disfrutar y buscar nuevos retos....¡Que peligro!

¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!

Tiempo: 24:00:00
Clasificación general: 3

Kilómetros: 208, 274

                                               BANDA SONORA DE LA CARRERA






sábado, 22 de abril de 2023

XVI MARATÓN DE ZARAGOZA (Campeonato de España)

 Ya está aquí. Por fin llegó el gran día. Todo maratoniano está esperando ansioso este momento. Después de 14 semanas de intenso entrenamiento, es la hora de plasmarlo en el asfalto. ¿Habrá merecido la pena tanto esfuerzo? Lo descubriré en la XVI Maratón de Zaragoza... 

El día anterior a la competición no era nada esperanzador. Al ir a la feria del corredor el viento era bastante intenso, llegando a rachas de 80 km/h. Para más inri, cuando fui a recoger el dorsal vi que no estaba en la lista del Campeonato de España. Se lo hice saber al organizador y me dio la razón: -¡Es que eres muy tonto! -. Evidentemente no me dijo esto pero me lo merecía. Me había inscrito de manera incorrecta pese a tener la mínima. No podré competir en el campeonato pero el premio al distraído del día me lo llevo seguro.

Pasada la tristeza inicial, nada había cambiado. Me presenté a la línea de salida con la ilusión intacta. Por no cambiar...ni el viento. Ahí seguía, eso si, un poco más calmado que ayer.

Habíamos entrenado para intentar hacer 2:36 pero el cierzo hacía debatirme sobre que estrategia llevar. Mis compañeros iban a ser más conservadores. Yo lo decidiré por el camino...

Salimos y ya en los primeros metros me junto con el grupo de Irene Pelayo, la gran favorita. Intuyo que puede ser un buen ritmo. Saco el gadgeto oído y escucho que va a intentar 2:32. -¡Oh, oh! ¡Me bajo de este barco! -. me dije a mi mismo.

Tengo más groupies que los Rolling Stones

Mientras sigo buscando compañeros de viaje, el ritmo es bastante alto pero yo me encuentro bien. Acabamos de empezar y las sensaciones son perfectas. Camino del barrio la Almozara formamos un grupo de 3 personas. Siempre es mejor correr acompañado aunque yo casi nunca lo consiga.

Como si de una premonición se tratase, al pasar por la Expo mi mente decidió que era mejor avanzar en solitario. Aceleré y me quedé solo. Esta iba a ser la tónica a lo largo de casi toda la mañana. Emulando a los magos: - ¡Nada por aquí, nada por allá! -. Así me sentía yo. Ningún atleta en el horizonte, mirase por donde mirase.

Por suerte, mi compañía era el público. No hay nada como correr en casa. En cualquier punto te encontrabas con caras conocidas alentándote para que no bajaras el ritmo, sobre todo mi familia. Todos los rincones en los que se ubicaban, automáticamente se convertían en una fiesta. Un gran bullicio con el que reponer energía mental y olvidarte del sufrimiento, al menos durante unos metros.

Al pasar por el Pilar...Foto de Frutocfotos

Nos acercábamos al kilómetro 30 y sabía que empezaba la peor parte del recorrido. Mis ritmos seguían altos y cerca del objetivo marcado pero ahora nos esperaba la traca final. Las rachas intensas de viento, las cuestas de San José y Paseo Cuellar, unidas con el cansancio y la soledad, formaron un cocktail difícil de digerir. Mientras daba pequeños sorbos a este destilado mental e intentando no tragar los pensamientos de abandonar, llegamos al Canal de Aragón.

Menos mal que en esta zona divisé a lo lejos la energía que me faltaba. En el kilómetro 36 se encontraba un cambio de dirección. Ahora solo nos quedaba descender hasta la meta. Es un punto estratégico de este recorrido. Sabes que una vez que llegues a esa esperada curva, está todo el trabajo hecho. Además, si has conseguido llegar con algo de fuerzas, los últimos kilómetros los vas incluso hasta poder disfrutar.

Mi motor ya bastante fatigado aún le quedaba un cartucho de turbo por gastar. Empecé a dar rienda suelta a mis piernas y  cambiar  la cara de "haber mordido un limón" por una amplia sonrisa. Fui adelantando algunos compañeros que no gestionaron tan bien sus fuerzas y eso aún me reforzaba más. Mientras disfrutaba de los últimos kilómetros me hacía mi propio autocuestionario. ¿Ha salido bien arriesgar desde el principio? ¿ Había tenido que correr otra maratón más benévola con el clima? ¿Tampoco estoy tan mal no?

A la jota jota...

Así llegamos a los últimos metros. La bajada por la calle Don Jaime es simplemente espectacular. Pese a estar disfrutando, aprieto los dientes hasta cruzar la meta ya que estoy consiguiendo mejor marca personal y cada segundo es un tesoro. Al final 02:38:17. Está lejos del objetivo marcado pero visto las condiciones climatológicas, solo puedo estar satisfecho. Más allá de eso, te asaltan muchas dudas. Escuchando las palabras de Kipchoge después de perder en Bostón te das cuenta de lo sacrificado que es esta disciplina. Eres feliz porque estás haciendo lo que te gusta pero es inevitable sentir rabia. Te pegas 3 meses de intenso entrenamiento para que el día clave salga mal, ya sea físicamente como a él o que el viento sea tu hándicap. 

Los días después de la competición siguen viniendo preguntas a tu mente, la más repetida es si debo aprovechar los entrenamientos y mi estado de forma participando en otra Maratón o ya pasamos pagina y lo dejamos para la próxima temporada. ¿VOSOTROS QUE PENSÁIS? 


¡GRACIAS PRIMO, VA POR TI!

Tiempo: 02:38:17
Clasificación general: 43

Participantes: 1137

                                               BANDA SONORA DE LA CARRERA