miércoles, 20 de febrero de 2019

XXXV MARATÓN DE SEVILLA

-Tic, tac, tic, tac…¡Llegó el día! Varios meses entrenando como nunca lo había hecho antes para desembocar en un preciso momento. Tantos kilómetros acumulados que se tenían que ver reflejados en un único día y lugar: “XXXV Zurich Maratón de Sevilla”

Todo se originó unos meses atrás. Durante la temporada 2018, en mi vorágine de carreras, mezclando Ultras y asfalto sin ton ni son. Fernando, antiguo entrenador de la infancia, siempre reclamaba mi atención asegurándome que si me centrara conseguiría mejores resultados. Tal fue su insistencia que al final caló hondo en mi. En mi casa siempre me preguntaba a mi mismo: - ¡A ver si va a tener razón! -. Luego acababa apuntándome a la siguiente carrera, cuanto más larga mejor. Hasta que llegó un día que me lo replanteé seriamente. La única condición, que me entrenara él. Así empezó todo…..

Puestos ya en materia, solo quedaba elegir la fecha final. Tras varias listas de maratones, analizando pros y contras, decidimos elegir Sevilla. Las razones: No la había corrido nunca, haría buena temperatura y al haber tantos participantes, sería más fácil hacer grupo en carrera.

La única pega era que no tendríamos el tiempo suficiente para hacer una preparación completa. Después de mi participación en el “Maratón de la Habana”, podríamos empezar a entrenar el 1 de diciembre, a menos de 3 meses de la fecha fijada. 

La segunda tarea era definir los objetivos. Mi intención era simplemente mejorar marca. Fernando iba más allá: 2:38. Llegamos a un consenso y se estableció conseguir ser SUB 2:40. ¡Madre mía, en que berenjenal me he metido! Sentía miedo pero a la vez, ponerme retos exigentes, me motiva en sobremanera.


Aguantando el tipo. Foto de Canofotosports

Los meses de preparación han sido duros. 5 días a la semana en los que no me podía escaquear. Haciendo encaje de bolillos para compaginarlos con curro, estudios y ocio nocturno. Toda una odisea. El resultado han sido 900 kilómetros, mucho trabajo de fuerza en clases de Bodypump y abdominales para dar y regalar. Durante estas semanas me entraron muchas dudas. Creía que no iba a conseguirlo. Veía que era una tarea inalcanzable para mi. Todo eso cambió al participar en los “30k de Tarragona” como parte del planning. Las sensaciones fueron tan buenas que me presenté en Sevilla con la motivación por las nubes.

Viajaba el día anterior con el AVE. Es una gozada hacer Zaragoza-Sevilla en 4 horas pero los problemas los iba a tener antes de empezar el viaje. Había quedado con Jaime, compañero del trabajo, para viajar juntos. Me levanté con tiempo pensando en tomarme un café en la estación. Lo tenía todo listo, me dirijo a coger unas bicis del ayuntamiento y para sorpresa, estaban fuera de servicio. Voy a la siguiente más cercana y ¡Zas! También está estropeada. Ya nervioso perdido, fui corriendo a una parada de taxis. Al final llegué casi con el tren en al anden. Empezamos bien…

Una vez en Sevilla, recogida de dorsal, comida en la “pasta party” y a descansar. Esta vez nada de largos paseos por la ciudad, cerveceos sin control y acostarme tarde. Prometí hacer bien los deberes y lo iba a cumplir. Incluso fui fiel a lo que me dicta Patricia, mi nutricionista. Desayuné 3 horas antes del comienzo de la carrera. Eso si, después de desayunar, me volví a dormir otro rato más.

La carrera empezaba a las 8:30, mejor para evitar las mayores horas de sol. En su día me pillé el hostal cerca del estadio de la Cartuja, inicialmente ahí se iba a proceder a la salida. Más tarde cambiaron el recorrido y con ello, mi cercanía. No quedaba otra que trotar 4 kilómetros hasta la nueva salida, en el Paseo de las Delicias. ¡Ya tengo el calentamiento preparado!


Ante todo DISFRUTA

Al tener marca de 2:44  en el “Maratón de Castellón”, mi cajón de salida era SUB 2:45. Justo antes que la élite. Me sentía un afortunado. Es un privilegio ver todo de tan cerca pero mi sacrificio me ha costado. Sigo sin entender la gente que se cuela solo por el hecho de salir lo más adelante posible, para la foto. No piensan en que lo único que hacen es entorpecer a sus compañeros. En fin, es un tema muy recurrente que por desgracia, a día de hoy no tiene arreglo.

La idea de carrera era ir a un ritmo constante, a 3:48. Ir mirando las grupetas que se forman y acoplarme a la que mejor me venga. Un sistema sencillo de entender pero difícil de ejecutar. Sin  querer te dejas llevar y más con las figuras con las que te encuentras. Primero fue Abel Antón, embajador de la prueba ya que se celebraba el 20 aniversario de su victoria en el Mundial de Maratón de Sevilla. Después fue la gran Mercedes Pilas, rara verla por estos lares y no en carreras de montaña. Por último, Martin Fiz, si lo adelanté yo, solo significaba que estaba de paseo.

Fueron pasando los kilómetros, todos por debajo del ritmo preestablecido. Me encontraba  muy bien.  Solo pensaba en el ahora. Si llega el pajarón, ya lo afrontaré como sea. Habíamos elegido Sevilla porque estaría corriendo constantemente en grupo. No os  lo podéis creer pero estaba casi siempre en solitario. No se como me las apaño.

Fui pasando los puntos de control por debajo del tiempo estimado. Eso me llenaba de energía. Además, me encontraba muy bien. El recorrido son grandes avenidas como a mi me gusta. Soy de los que les gusta correr sin muchos movimientos de dirección  aunque en determinados momentos, las rectas se pueden llegar a hacer muy largas (Aún recuerdo el Grao en Castellón).

El medio maratón lo pasé en hora. Todo va viento en popa. La afluencia de público es bastante numerosa, te animan sin parar. Esto tiene dos partes: una positiva y otra negativa. La positiva es que te insuflan la rasmia que te puede faltar. Por el contrario, al recibir tantos aplausos, me vengo arriba y elevo el ritmo sin querer. Los aficionados te vitorean sin importarles quien eres. Me sorprende la poca reciprocidad por parte de los corredores que hay a mi alrededor. Se que vamos muy concentrados, exhaustos por el esfuerzo pero no cuesta nada devolverles el cariño. Un gesto cómplice, un pulgar arriba, sacar la lengua, un gesto tan sencillo como estos basta. En mi caso, soy bastante más emocional. Aplaudo, medio bailo. No lo puedo controlar. Me creo una estrella del rock. Lo se, me vengo demasiado arriba pero es que nunca me veo en una situación así. Carpe Diem.

Especial ilusión me hizo ver a “Palmerin”, mascota del Betis al pasar por el Estadio Benito Villamarin. Hace poco vi un reportaje de su amor con “Super Pepino”, mascota del Leganés y me hizo gracia chocar su mano.

Se acercaba la parte final y veía que las fuerzas empezaban a decaer. Hasta aquí había logrado mantener el ritmo pero en el kilómetro 32 vi como mis piernas flojeaban. Fue muy bonita la vuelta a la Plaza España. No obstante, el ácido láctico ya trepaba sin cesar por mis doloridas patas. Era hora de activar la reserva. Ahora entraba en juego el poder de la cabeza.


¡Prueba superada!

A mi favor jugaba el colchón que había acumulado durante los kilómetros anteriores. Viendo el reloj, estaba convencido de conseguir ser SUB 2:40 y así fue. La línea de meta, igual de ancha y bonita como cualquiera de las mejores maratones del mundo (Sevilla es una de ellas) impresiona. Adelanté a 4 o 5 corredores y paré el crono en 02:39:06. Como dice Janice de Friends: ¡OH DIOS MIO! No me lo podía creer. Tanto esfuerzo ha valido la pena.....y mucho.

Tengo que dar las gracias a mucha gente pero especialmente a Fernando. Tu has sido el artífice de lo conseguido. Sin tus entrenos y consejos no lo habría logrado. Has sabido ponerme la correa. Patricia, sin tus dietas seguro que no habría llegado tan fino a la prueba y lo mejor de todo, es que podemos seguir puliendo cosillas. Fernando, esos masajes son canela de la buena. Pablo, al final me he rendido a tu sabiduría en el mundo de las zapatillas y tenías toda la razón. Familia, amigos, compañeros...¡GRACIAS A TODOS!

¡VA POR TI PRIMO!

Tiempo: 02:39:06
Clasifiación: 118
Participantes: 13000

                                          BANDA SONORA DE LA CARRERA

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