martes, 18 de diciembre de 2018

CineRunner: DOCUMENTALES ATLETISMO


EL PRECIO DE LAS MEDALLAS

Documental que cuenta la historia de varios atletas suecos de élite, campeones del mundo. En el se narra la cruda realidad a la que se ven sometidos los deportistas de alto rendimiento. 

Las lesiones, incluso crónicas, son el pan de cada día para estas personas. La pregunta es: ¿De verdad merece la pena tanto sacrificio y perdida de salud por la obtención de una medalla? La respuesta la encontrarás a continuación:




EL REVERSO DE LA MEDALLA

Documental con la misma temática que el citado anteriormente. No esta realizado con la crudeza y frialdad que "El precio de las medallas" pero en realidad es mucho más trágico.

Nos habla del peligro de ser deportista de élite. La dificultad de mantener un nivel les hace recurrir al dopaje, a veces voluntario, otras veces engañados por sus propios equipos. No solo se centra en el atletismo. Podrás conocer el problema de las conmociones cerebrales de los jugadores de fútbol americano o las extraños casos de esclerosis múltiple que azotó a jugadores de fútbol en Italia en la época de los 80.

Un documental estremecedor.





CADA VEZ MÁS RÁPIDO

¿El ser humano tiene límites? Esta es la pregunta que se hacen. Desde que se empezaron a registrar los récords del mundo en el deporte, el ser humano ha ido mejorando constantemente. La técnica, la preparación y la tecnología están en constante evolución. No obstante, en deportes donde solo entra en juego la capacidad humana, especulan que el límite esta a punto de llegar. En el atletismo, prevén que los récords lleguen a su fin en 2027. ¿Esto es cierto? Y si así fuera ¿Donde encontrar la motivación?




BREAKING 2

Hace un año, todos los amantes del maratón, vivimos expectantes el reto de Nike para intentar bajar de las 2 horas. Los más puristas eran reacios a toda la parafernalia creada. Luego estaba los amantes de las nuevas tecnologías que alucinaban con toda la preparación.

Sabemos que no tenía ningún certificado oficial pero solo el hecho de intentar hacerlo y casi conseguirlo, tiene mucho mérito. Ya sabía el final, pero el documental está realizado de una forma tan magistral que me mantuvo con la intriga hasta el final.

Me quito el sombrero con Eliud Kipchoge, sin duda, uno de los mejores atletas de todos los tiempos.





BODY MIRACLE- ASAFA POWELL

Pruebas médicas y tecnológicas demostraron que el velocista Asafa Powell tiene una constitución fuera de lo normal. Tiene mejor musculatura y mucho más desarrollada que cualquier otro atleta. Su cuerpo esta hecho para ser el mejor velocista de todos los tiempos, el más rápido del planeta.

Si todas estas variantes están a su favor ¿Porque no ha ganada ningún Mundial ni Olimpiada? La respuesta la hallamos en la mente. Es mucho más poderosa que cualquier otro factor.

Ineresantisimo reportaje sobre uno de los atletas más queridos por los espectadores. 




lunes, 3 de diciembre de 2018

Cinerunner: PREFONTAINE


Título Original: Prefontaine
País: Estados Unidos
Año:1997
Dirección: Steve James
Guión: Steve James, Eugene Corr
Música: Mason Daring
Fotografía: Peter Gilbert
Intérpretes: Jared Leto, R. Lee Ermey, Ed O'Neill, Breckin Meyer, Lindsay Crouse, Amy Locane, Laurel Holloman, Brian McGovern, Hurtwood Smith.
Duración: 106 min. 


GÉNERO: Drama. Romance. Basado en hechos realesDeporteAtletismoAños 70


SINOPSIS: Drama deportivo inspirado en la historia real de un corredor olímpico muy popular en Estados Unidos. Steve Prefontaine es engreído, carismático y duro. Desafía las reglas, extrema los límites y derriba récords para transformarse en uno de los más grandes corredores de larga distancia de la historia. A pesar que su camino a la victoria está plagado de tragedias, controversias y heridas, esta joven estrella deportiva cautiva el corazón del público con su determinación incontenible.

LO MEJOR: Yo me considero fan de los biopic si el personaje en cuestión me interesa. En este caso, no sabía mucho de la vida de Steve Prefontaine, ni sus logros deportivos ni su vida personal. Eso hizo que viera la película con mucho interes porque no sabía lo que iba a ocurrir. Me mantuvo pegado a la pantalla sin pestañear durante toda su duración y eso que es bastante larga para su época. 

Me gustó mucho la mezcla de imagenes de la película con las imagenes reales de archivo.

El parecido físico de Jared Leto (Requiem por un sueño) con Steve Prefontaine es espectacular. Además, el actor imita de maravilla la peculiar forma de correr que tenía el atleta.

Por otra parte, si quieres saber como se forjó la marca NIKE, no te la puedes perder.


LO PEOR: Como ya he dicho antes, lo malo de los biopic es que ya sabes exactamente lo que va a pasar en todo momento si estas al día del personaje en cuestión. Es lo único malo que le puedo achacar aparte de algún que otro maquillaje un poco mal ejecutado, pero eso os dejaré que lo descubráis vosotros mismos.



RESUMIENDO: Muy buena pelicula biografica que te hará conocer un poquito más la vida de uno de los atletas estadounidenses más queridos de la historia del atletismo.








miércoles, 28 de noviembre de 2018

Global Ports Marabana Cuba

Después de varios años detrás de un sueño que se me resistía, unas veces por dinero y otras por trabajo, en 2018 por fin lo pude llevar a cabo. Iba a correr un maratón en las calles de mi querida CUBA, en el "Global Ports Marabana Cuba".

Una carrera de estas circunstancias, tan lejos de casa, después de un viaje muy largo, con cambio brusco de temperatura, solo se puede enfocar de una manera: DISFRUTAR. Evidentemente, eso sería lo razonable pero en el interior de todo corredor siempre está presente ese sentimiento de competir y dar lo máximo. La ilógica lógica del "runner".

Llegué a la ciudad de la Habana el viernes por la noche junto a otros dos enamorados de este país, mi  padre y mi tío, entrenadores eventuales. La recogida del dorsal para los extranjeros es en el Hotel Nacional. Ahí mismo te dan la medalla. Yo no soy partidario de que te la den antes. El único que se lo merece es aquel que llega a meta.


Que "Gozadera" correr en la Habana

Los corredores nacionales deben acudir al Coliseo de la Ciudad Deportiva. En su caso, la participación es gratuita, fomentando una gran fiesta del deporte con cerca de 6000 participantes. Además, los alumnos finalistas tendrán la asignatura de educación física convalidada.

La salida era a las 7 de la mañana para evitar lo máximo posible las horas de más calor. Como si fuera mi primer maratón, me levanté lleno de nervios y con una sonrisa de oreja a oreja. Mi desayuno consistió en pan con jamón adquirido el día anterior en una de las múltiples "ventanitas" que inundan las calles. Todo aquel que ha visitado Cuba sabe de lo que hablo.

Me dirigí a la salida donde ya reinaba la multitud. Había modalidades de 5, 10, 21, 42 y discapacitados. 20 minutos antes, los cajones de salida ya estaban abarrotados. No había ningún control. Me ubiqué lo más adelante posible pero no se podía avanzar más. En ese momento, la megafonía anunció la presencia de un invitado muy especial: WILL SMITH. Me giré y ahí estaba él, rodeado de guardaespaldas pero muy cercano a la gente. ¡Siempre podré decir que gané al Príncipe de Bel Air!


Will Smith en plena crisis 

El recorrido eran 2 vueltas por el centro de la Habana, recorriendo zonas tan míticas como el Capitolio, la plaza de la Revolución o el Malecón. Mi estrategia era ir a ritmo de 3 horas. La salida, al estar tan retrasado, consistió en ir adelantando a multitud de personas. La variedad era ilimitada. Desde niños hasta personas ancianas andando. Lo que más me llamó la atención era la cantidad de gente que iba abrigada cuando yo estaba "acalorado perdido". Me dijeron que estábamos en mitad de una ola de frío. Por mas que busqué, no la encontré.

Los kilómetros iban pasando y me encontraba muy bien aunque el calor era ya significativo y no eran ni las 8 de la mañana. El Malecón lleno de gente pescando, la algarabía de las calles, los edificios. Estaba en modo turista, fotografiando con la mirada todos los rincones posibles. En su contra, he de decir que no había mucha afición por las calles. Creía que los cubanos iban a ser más pasionales y transmitirnos a los corredores toda su energía pero no fue así. Lo más ruidosos, los turistas españoles y australianos.

Los primeros 21 km los compartí con una corredora, Liuris Figueredo, iba con libre así que supuse que sería una buena referencia. Pasé el ecuador de la carrera en los tiempos previstos. A partir de ahora nos quedábamos solos los valientes del maratón. Como en muchas otras carreras, era hora de correr en solitario y donde la cabeza pasa a tener un papel protagonista.

Una vez me adentré en el Malecón por segunda vez, apareció el "Pajarón del Siglo". El calor era agobiante, mi cuerpo no paraba de sudar y la corredora se alejaba cada vez más. La deshidratación  se unió a mi ritmo de carrera, haciéndome parar y andar. Por suerte, los avituallamientos son abundantes. A los lejos divisaba uno. Me hidraté por dentro y por fuera y proseguí mi calvario. A estas alturas, la estrategia había cambiado dramáticamente. Opté por bajar el ritmo a 5 minutos el kilómetro e intentar no andar. Ir a un ritmo lento pero constante.

Hay que avisar que este maratón, pese a lo que se pueda pensar, no es para nada llano. Salvo la zona que bordea el mar, el resto son calles bastante irregulares. Te encontrarás con subidas que romperan cualquier ritmo posible y bajadas para poder recuperar. Un sube y baja de sensaciones. Tus piernas tardaran en perdonarte.


La RECUPERACIÓN es vital

Por el kilómetro 35, a la altura de la plaza de la Revolución, aupado por la presencia de Ernesto y Camilo, volvieron a resurgir las fuerzas. Adopté un ritmo más alegre mientras iba adelantando corredores caídos en batalla. Como podéis imaginar, los abandonos son abundantes y el Señor del Mazo tiene bastante trabajo extra. Su día es como nochebuena para Papa Noel. Si decides venir, enfoca la carrera de una forma conservadora y sobretodo, no pienses en hacer mejor marca personal.

Llegué al Capitolio desfondado y empapado. Vacío pero inmensamente feliz. El tiempo final (03:18:30) deportivamente hablando es un fracaso. Planteé mal la carrera. Subestimé la climatología. Si hubiera hecho la primera parte de la carrera más lenta, el tiempo final sería mejor, incluso habría evitado  la pájara. Ya tengo excusa para volver en 2019.

La parte emocional ha sido increíble. Correr por las calles de la Habana es muy emocionante. Quizás, la pega más grande es la ausencia de público, sobretodo en la llegada a meta, muy desangelada. Contrasta la gran participación de corredores con el escaso animo por parte de la ciudadanía.

Todo lo demás es para NO olvidar. Me quedé una semana visitando todo lo que pude. Desde el maravilloso paisaje que rodea a la provincia de Pinar del Río, con playas paradisíacas incluidas. Pasando por Trinidad, la majestuosa villa colonial y acabando en la localidad de Santa Clara, donde se forjó una de las batallas claves de la Revolución por parte de Ernesto Che Guevara. Todo esto en compañía de mi padre. El fue el que me transmitió el amor por esta tierra. Sin duda, era el compañero perfecto para llevar a cabo esta aventura y vivirla juntos. ¡Hasta la victoria siempre!

!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 03:18:30
Clasificación general: 18

Participantes que acabaron: 239

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 RECOMENDACIONES

  • Donde cenar: Como he dicho antes, soy fan de las famosas "ventanitas" callejeras. La otra opción es ir a los paladares. En este caso, del que más grato recuerdo guardo es PEPO'S en la ciudad de Viñales. Comida criolla a muy buen precio.
  • Donde dormir: Hostal Corona. Situado en pleno centro de la Habana. Sin duda, uno de los mejores recuerdos que me llevo. Tanto la dueña Barbara como su hija son unas perfectas anfitrionas.
  • Que visitar: No me puedo quedar con solo una cosa. Playas paradisíacas como Cayo Jutías. El mausoleo del Che para aprender historia. Paseos por las calles de Trinidad y visitar su casa de la música. Haya donde vayas, disfrutarás. 




miércoles, 7 de noviembre de 2018

II Trail Villa de Épila

Después de dejar el verano atrás, volver a los entrenamientos, solo me quedaba retomar las viejas costumbres. Tocaba turno de noches en el trabajo y con ello, la búsqueda de una carrera para ir sin dormir el domingo. Con la cantidad de opciones que hay en el calendario, no me costó mucho encontrar una candidata: "II Trail Villa de Épila".

Es una localidad que se encuentra tan solo a 30 minutos de Zaragoza. Era la opción perfecta. El recorrido era muy apetecible. 12 kilómetros divididos en 2 tramos. Los 6 primeros discurrían por pista en continua subida pero muy llevaderos. La segunda parte de la carrera era una bajada rápida hasta desembocar en el pueblo otra vez. Un entrenamiento exigente para ir poniendo el cuerpo a tono.

Después de unos días bastante fríos, la climatología ofreció una tregua. Salió una mañana espectacular, sin nada de viento y con un sol radiante. A pesar de ello, no quise pecar de valiente y me abrigué con mallas largas y manguitos. Iba sin dormir, había que proteger un poco a mis cansadas defensas.

Este tipo de carreras son un poco trampa para los corredores que estamos habituados a participar en ultras. Las salidas son muy rápidas y te dejas llevar por la estela de los demás compañeros. En mi caso, me cuesta entrar en ritmo de competición. En una carrera de larga distancia tienes tiempo de ir aclimatándote a la situación e ir pillando el ritmo. Hoy no era el caso, tienes que salir a fuego SI o SI. 

Dándolo todo. Fotos de Aragón Atletismo

Dicho e hecho, en cuanto sonó el cohete anunciador, la gente salió escopeteada. Tu, iluso corredor, sigues el ritmo del pelotón. Al minuto ya has roto a sudar como un descosido. A los 5 minutos empiezas a respirar a trompicones. A los 10, las piernas tiesas como palos. Incluso en la primera cuesta (En una Ultra no se consideraría ni repecho) tienes que andar. Así es la magia de este deporte. Hay modalidades y distancias para todos los gustos. En unas te sentirás como pez en el agua y en otras sufrirás lo que no hay escrito.

Una vez pasados los primeros 5 kilómetros, se divisaba al fondo una cuesta bastante más pronunciada. Recordando el mapa de Wikiloc, supuse que sería el último escollo antes de afrontar la bajada. Cuando hicimos cumbre, afronté una pequeña bajada con alguna piedra suelta. Al acabar oí un grito detrás de mi. Me di la vuelta y ahí estaba mi compañero Cubero tirado por el suelo justo en el lugar de las piedras. Enseguida 2 compañeros le ayudaron a levantarse. Después de unos segundos de titubeo, hizo un chequeo rápido y observo que la carrocería, pese a tener algún rasguño, seguía en perfecto estado. Proseguimos el camino, ya solo quedaba la parte más favorable de la carrera.

Salida como si no hubiera un mañana

En el ecuador de la prueba se encontraba el avituallamiento. Un vaso de isotónico y a poner el turbo. 6 kilómetros de bajada por una pista amplia y rápida. Ideal para poner el motor a prueba. Como he dicho antes, me cuesta entrar en calor. Una vez que lo consigo ya no hay quien me pare. En este tramo adelanté a varios corredores hasta el momento de llegar al pueblo. Al entrar en las primeras calles di alcance a José Manuel del Club Atletismo la Almunia. Me encontré en la misma tesitura que en la "Media Maratón Comarca de Valdejalón" pero con los papeles cambiados. Estaba más fuerte que mi compañero pero no me parecía justo pasarle en el último momento después de ir él delante toda la carrera. Me puse a rebufo y llegamos a meta en poco más de 50 minutos.

Otra carrera más que he descubierto y disfrutado. Se asemeja a pruebas como "Trails María de Huerva" o la "Subida a Rodanas" en esta misma localidad. Aquellas se realizan en primavera, coincidiendo con mi mejor estado de forma. En su día, conseguí estar entre los primeros clasificados, incluso subiéndome en algún podio. Se que hoy, si estuviera al 100%, hubiera rondado esos puestos pero toda temporada tiene su proceso. Hay que ir poco a poco y al final, conseguiremos los resultados deseados. 


!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 00:51:28
Clasificación general: 22

Participantes: 97

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martes, 30 de octubre de 2018

V Geopark Maestrail (42km 2500 D+)

Seguimos poniéndonos a punto en este arranque de temporada que tanto me está costando. La única manera de volver a coger el gusanillo es apuntándome a carreras. Aprovechando que estaba de escapada familiar en Aliaga (Teruel), decidí ojear el calendario y di con una carrera que se celebraba en las cercanías: "V Geopark Maestrail". Seguro que muchos de vosotros también aprovecháis vuestra estancia vacacional para participar en alguna prueba por la zona. Yo no iba a ser menos.

Después de 4 ediciones en las que se llevó a cabo en Castellote, esta vez cambiaba de sede. Se iba a celebrar en la pequeña localidad de Villarluengo. Un lugar privilegiado donde poder disfrutar del deporte que más nos gusta. Había cuatro distancias: Marcha senderista, 12k, 21k y Maratón. Por supuesto, opté por la última. Por delante, 42 kilómetros de montaña y 2500 de desnivel positivo.

Los días previos a la carrera vaticinaban un cambio brusco de temperaturas. Íbamos a pasar de ir en manga corta a refugiarnos de la nieve. Las constantes precipitaciones hicieron que la organización se viera obligada a cambiar el recorrido. Varios de los ríos que debíamos cruzar, se habían desbordado. La climatología es una de las adversidades con las que tenemos que lidiar los corredores. En el fondo, creo que cuanto más difícil se pone la situación, más disfrutamos.

Todos no debieron pensar lo mismo porque en la linea de salida apenas nos encontrábamos 50 participantes. Lo peor de esta situación son los minutos previos. La espera antes de darse la salida. Aquí es cuando realmente piensas si fue buena idea apuntarte. Si no estarías mejor en tu casa, calentito metido en la cama. En cuanto empieza la prueba, todas esas dudas se disipan y vuelve a apoderarse de ti el aventurero que llevas dentro.

Ante todo, SONRÍE 

Nada más abandonar el pueblo nos introdujimos en un paisaje cubierto por la nieve. El abrumador color blanco contrastaba con la hilera de colores fosforitos que íbamos en fila india. Poco a poco, al ser tan pocos participantes, nos fuimos distanciando. Aquí me quedé con mi compañero Rubén, compartiendo los primeros kilómetros de carrera. El iba marcando el ritmo. Yo seguía sus pasos mientras le observaba divertido como le iba saliendo escarcha en el pelo. Os podéis imaginar a que temperatura debíamos estar. 

El terreno es un continuo sube y baja. La zona de Teruel no tendrá esas subidas constantes que puedes encontrar en el Pirineo pero no por ello es menos dura. Cuando el camino pica hacia arriba, me amoldo bastante bien. Pongo un ritmo constante hasta llegar a la cima. Mi handicap, como he dicho en muchas ocasiones, son las bajadas. Especialmente complicada era la que nos llevaba a Pitarque. Piedras sueltas, arcilla y zonas congeladas eran las culpables. Además, decidí usar para esta carrera las zapatillas Hoka One Speedgoat 2. En su día me las compré pensando en zonas con mucho barro pero no les he llegado a coger el gusto. Al tener un drop tan grande, siento que estoy muy separado del suelo. Ésto me propicia una amortiguación excelente pero en su contra, el pie me baila bastante. Con el terreno tan inestable, acabé con los tobillos hechos puré.

Al llegar a Pitarque nos encontramos con un río desbordado. No quedaba otro remedio que meter los pies en remojo. A estas alturas ya me habían empezado a adelantar los participantes de la media, entre ellas, Yolanda Martin, a posteriori ganadora de la prueba y futura crack. Con los pies mojados, afrontamos la segunda parte de la carrera. 

Sin llegar nunca a forzar la maquina, me encontraba muy entero. Tenía muy buenas sensaciones. Igual quiere decir que estoy empezando a coger la forma. Entre divagaciones y pensamientos, llegué a un avituallamiento, situado en el conocido Hostal de la Trucha. Me aprovisioné con un trozo de melocotón. Mientras me lo comía, proseguí el camino sin prestar atención a las marcas. Cuando me di cuenta, estaba en unas piscinas. En otro momento hubiera deseado darme un chapuzón......hoy no. Después de dar un rodeo en busca de la salida, decidí retroceder sobre mis pasos y ahí estaba el camino correcto bien señalizado. Debes de estar siempre alerta, en el menor despiste te puedes confundir de dirección y perderte. Yo soy un especialista.

La locura compartida siempre es mejor

Tocaba afrontar el último tramo. En un momento dado, mientras  descendía a gran velocidad por una pista, me encontré de bruces con un compañero inesperado: Un gigante toro en mitad del camino. Menos mal que leí las últimas novedades de la organización en las que hacía alusión a que podíamos encontrarnos con "ganado vacuno de raza avileña, que aunque se asemeja al toro de lidia, es inofensivo". Pese al aviso, el ver un morlaco de 1000 kilos con cara de pocos amigos mirándome, no me daba ninguna confianza. Además, era completamente blanco. Copito de nieve pero con cuernos. Pasé con mucho sigilo a su lado y sin mirarle a los ojos por si acaso no se fuera a ofender. Cuando me separé 3 metros, puse pies en polvorosa.

A punto de marcar mi reloj los 40 kilómetros de carrera, llegué al último avituallamiento. Pensaba que ya lo tenía finiquitado pero los voluntarios me dieron una sorpresa más: Aún quedaban 6,5 km. Esta situación es muy normal en carreras de montaña, no te debes fiar nunca de la distancia inicial. Recuerdo este año en UT Llastres, donde también hicimos 6 km más cuando creíamos haber llegado a meta. Por lo menos, la parte buena es que era todo bajada.

Al acabar el descenso, sales a un claro y ves en todo su esplendor Villarluengo. El problema es que esta localidad esta situada sobre un profundo barranco. Lo primero que observas son sus casa colgadas y te preguntas ¿Como llego yo ahora hasta allí arriba? Tocaba rodear el barranco pero enseguida cruzabas un bonito puente para afrontar la última subida. Un ascenso espectacular bajo la atenta mirada de los gigante bloques de piedra que sujetan las primeras casas. Al fin, me adentro en las calles donde me está esperando toda mi familia para cruzar juntos la meta después de 6 horas.

Una carrera muy bonita donde las condiciones climatologicas la hicieron aún más especial. Es una zona que merece ser visitada y disfrutar de sus paisajes. Para finalizar, la organización nos obsequió con alubias y ternera. Un broche final perfecto para una carrera que sin duda recomiendo al 100%.


!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 06:07:59
Clasificación general: 11

Participantes que finalizaron: 32

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jueves, 25 de octubre de 2018

XIV Media Maratón Comarca de Valdejalón

Inevitablemente, el día tenía que llegar. Se ha acabado el verano. Pensaréis: ¡Ya hace tiempo que terminó! Cierto, pero los zaragozanos lo alargamos hasta las fiestas del Pilar. Así somos. Una vez sonaron los últimos fuegos artificiales, había que retomar los entrenamientos y las competiciones. Yo decidí dar el pistoletazo de salida con la "XIV Media Maratón Comarca de Valdejalón".

Cuantos más años voy cumpliendo, más pereza me da retomar la seriedad en los entrenos. Cuanto más viejo, más rebelde. Entre unas cosas y otras, llevaba sin competir en asfalto desde el "V EDP San Fermin Marathon Pamplona" y no lo hice al máximo porque ejercí de liebre. Mi problema es que si no tengo una meta, no me involucro. La solución: Apuntarme a carreras.

En este contexto, con 5 kilos más y los excesos de Pilares revoloteando aún en mi cuerpo, me presenté en la linea de salida. La carrera se llevaba a cabo en la Almunia de Doña Godina, con gran cultura deportiva. En diferencia a otras pruebas, ésta no discurría por el casco urbano sino que recorríamos los caminos adyacentes.

En un alarde de inteligencia, planteé una estrategia conservadora, acorde a mi estado. Iba a llevar un ritmo de 4:15/km, evadiéndome de todos los estímulos de mi alrededor (terreno favorable, buenas sensaciones, etc). El que más me preocupaba era intentar seguir a otros corredores. Estaba rodeado de amigos que en otras circunstancias, estaría a su nivel o incluso mejor pero no a día de hoy. Debía ser serio y no caer en la tentación de seguir su estela. ¡Tricas quietecito!


¡Con la juventud! Foto de Aragonia-Atletismo

Todo empezó según lo previsto. Deje escaparse a mis compañeros de otras batallas y me mantuve fiel a mi ritmo. En algunos momentos el terreno estaba un poco inestable debido a la "gota fría" que hemos tenido en nuestro país estos días. Algo de barro pero mucho menos de lo que se preveía. Intentaba buscar excusas para defender mi nefasto resultado. Lo del barro no colaba.

Durante la primera vuelta me junté con un chico que corría por segunda vez esta distancia. Iba cómodo con el ritmo pero con el miedo a una posible pájara. Durante unos kilómetros nos fuimos haciendo relevos al más puro estilo Tour de Francia. Al final ,decidió aflojar. Yo seguía fiel a mi 4:15/km.

El paisaje era bastante peculiar. Podías observar la huerta y los frutales de la comarca del Valdejalón en todo su esplendor. me llamó la atención un inmenso campo de coliflores. daban ganas de adentrarse y correr descontroladamente a lo : ¡Loco de las coles!


Iba tan rápido que no pudieron enfocarme... Foto de Aragonia-Atletismo

La carrera siguió su curso, controlando el ritmo. Los últimos kilómetros me constó mantenerlo. Al final, tocó sufrir. Cuando ya se divisaba la meta, oí los pasos de un corredor que se acercaba. intenté acelerar, haciendo un ataque a 400 metros de la llegada emulando al gran Alejandro Valverde, por seguir con el símil del ciclismo. El puñetero no se despegaba pero tampoco me quería adelantar. Fue honrado y pensó que no era justo adelantarme justo al final después de ir 21 kilómetros por detrás. Agradezco su detalle pero le hice un gesto con la mano para que me adelantase. Prefería empeorar una posición a que me diese un "parraque" ahí mismo.

El resultado es el esperado, muy lejos de mis registros habituales. No obstante, estoy satisfecho de haber aguantado un ritmo constante. No se puede pedir peras al olmo. Mi motor no da para más. Espero ir afinándolo poco a poco y volver a llegar a mi nivel, el cual, quiero conseguir en el Maratón de Sevilla.

Mientras eso llega, voy a cumplir uno de mis sueños, correr en LA HABANA. Se que no voy a llegar en el estado que desearía pero voy a disfrutar como nunca lo he hecho de cada metro recorrido por suelo cubano.


!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 01:29:51
Clasificación general:38

Participantes que acabaron:123

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jueves, 4 de octubre de 2018

ULTRA PIRINEU (110 km 6800 D+)

Se acabó el verano. Atrás quedan aquellos días de excesos en los que la única preocupación era no deshidratarme y no precisamente de agua. Vuelve a arrancar una nueva temporada. Mi cuerpo y mente aún no están preparados, sin embargo, aquellas inscripciones que hacemos al principio de año, aparecen cuando menos te lo esperas. En mi caso, emergió en el calendario la Ultra Pirineu.

Es una carrera de 110 km y 6800 desnivel positivo que transcurre por el pirineo catalán, con llegada y salida en la localidad de Bagá. Es una de las pruebas más emblemáticas y este año celebraba el décimo aniversario. Un servidor tenía que estar presente aunque mi estado de forma dejara mucho que desear. Por esta última razón, no había preparado la prueba ni con Patricia, mi nutricionista ni con Fernando, el fisioterapeuta que me arregla el chasis antes de todas las carreras. Estaba solo ante el peligro.

Al ser una prueba tan popular, tienes la fortuna de coincidir con los mejores atletas del momento. En la linea de salida te podías encontrar a Jordi Gamito (Tercero en UTMB), Javi Dominguez (Ganador de Tor des Geants) y Zaid Ait Malek (Campeón de España en Carreras de montaña). Este último, después de 12 años en España, lo quieren extraditar, por eso, uno de los lemas de este año es #Zaidsequeda. 

La parte negativa la encuentras en la gran cantidad de participantes. Los primeros 14 kilómetros son en constante subida hasta acumular un total de 2000 metros positivos. Se hacen unos tapones increíbles. Vas en constante fila india. En mi cabeza retumbaba todo el rato la melodía de los Lemmings. ¿Os acordáis? Eramos clavaditos. 


Descender no es descansar. Foto de Racephotos Sport

Después del primer sofocón, me di cuenta que mis fuerzas estaban justas. A mi me gusta siempre competir. Salir fuerte y luego aguantar como pueda. Esta vez el papel era diferente. Había que cambiar de chip. Iba a tomar la estrategia de Nibali en la Vuelta Ciclista a España. Me lo iba a tomar como una acumulación de kilómetros, en plan entrenamiento pero sin renunciar a dar espectáculo si lo ocasión lo permitía.

Cuando ibamos a llegar al punto más alto de la carrera, el refugio de Niu (2500m), vi que la última subida estaba abarrotada de público animando a los corredores, los cuales llegaban andando a duras penas. Aquí vi mi oportunidad para liarla un poco. Cuando llegué a la altura de la gente, empecé a acelerar como si de la meta se tratase. La gente enloqueció. Llegué con el corazón en la boca pero con la satisfacción de divertir al personal.

El primer gran escollo de la carrera estaba superado, ahora tocaba una larga bajada, con sus respectivos repechos, hasta Bellver (40 km). En este avituallamiento es imprescindible reponer energías, te espera un tramo de subida dividido en 3 fases con una duración de 25 km. Los dos primeros tramos se me hicieron bastante asequibles, llevaba un ritmo vivo y constante. Todo cambió al llegar a Aguiló (61 km). Me dijo un compañero que me abrigará, en esta zona hacía mucho viento. Me puse la térmica y empezamos a ascender. Habíamos dejado atrás la arboleda y avanzábamos por un pedregal sin resguardo alguno. De repente, era como si llevará cemento en las zapatillas. Llevaba un caminar muy pesado. La primera gran pajara del día apareció. En estos momentos, solo queda centrarte en tus pisadas y esperar a que pase el bache. Para mas inri, al llegar a la cima, se me acabó la batería del reloj. Sabía que quedaban 10 kilómetros de bajada hasta Gósol (74 km) pero me impacienta un poco no saber cuantos voy avanzando.


Ascender es sufrir. Foto de Racephotos Sport

Después del interminable descenso, al llegar al avituallamiento me espera la bolsa de vida. Tocaba cargar el reloj y cambiarme de ropa. Aunque parezca una tontería, esta acción te inyecta energía, tiene un efecto placebo. Si a esto le sumamos la presencia de mis padres, se puede decir que estaba como nuevo (es un decir...) Además, viendo el perfil de la carrera, lo que quedaba era "coser y cantar".

Iluso de mi, no era consciente de lo que me esperaba. Al poco de retomar la carrera, hubo que sacar  el frontal. La noche hacia acto de presencia y fue en ese mismo momento cuando se empezó a torcer la cosa. La oscuridad me cayó como una losa. La subida del refugio de Gresolet (88 km) que parecía una pequeña tachuela, se me atragantó más que cualquier otra anterior. Al llegar al avituallamiento de Vents (96 km) un corredor dijo que aún quedaba la "matahombres", palabras que no me ayudaron en absoluto. Tiré de un gel viniendo la que se me venía encima.

Embravecido por el mejunje, empecé a ascender el último pico que me separaba de la meta. Por sorpresa, vi que tenía que cruzar un río con bastante caudal pero no solo una vez. Varias fueron las ocasiones en que tuve que hacer malabarismos entre las piedras para no caer al agua. Sumando la poca visibilidad, este tramo se volvía muy peligroso, aunque tengo que reconocer que me pareció bastante divertido, saltando como Pepito Grillo de roca en roca.

Cuando haces cumbre, no es hora de festejos, aún te quedará un pequeño repecho de 20 minutos. A partir de ahí, 10 km descendiendo hasta llegar a Bagá. Ya no tenía ganas de correr pero era más grande el ansia por llegar que el dolor de piernas por lo que puse la directa junto a otro compañero que estaba igual de harto que yo. Varias fueron las anécdotas que me hicieron parar: Alumbrar a un compañero que se había quedado sin batería en el frontal, otra corredora con urgencias estomacales pidiendo pañuelos y por último, Graziana, con la que coincidí gran parte de la carrera y que acabó vomitando. Estábamos todos al filo de nuestras fuerzas. 

Para rematar, al llegar a una carretera creímos haber llegado pero un aficionado nos dijo que aún faltaban 5 kilómetros, la mayoría por asfalto. ¡Jaque mate! Al final llegué a meta en poco más de 20 horas. Con la satisfacción de haber acabado pese a mi poca preparación. Soy consciente que esta carrera si hubiera sido en primavera, la habría hecho en bastantes menos horas. Pero hay que ser consecuentes y pensar que todo suma. He podido participar en una de las carreras más importantes de España y con eso me quedo.


Pero al final tienes recompensa. Foto de Racephotos Sport

No quería acabar sin dar las gracias a mis padres. Esta vez hicieron un esfuerzo extra acompañándome, viéndose obligados a madrugar y trasnochar más de la cuenta. Encima lo primero que me preguntaron fue ¿Cuando tenemos la siguiente? Esto si que son "groupis" y no los de los Rollling Stones.


!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 20:22:26
Clasificación general: 178

Participantes que cabaron: 576

                                     BANDA SONORA DE LA CARRERA




 RECOMENDACIONES
  • Donde dormir: Hostal La Neu, en Castellar de N'Hug. Tu ve que dormir aquí porque ya estaba todo ocupado en Bagá y tuve mucha suerte. A parte de estar muy bien, con una gran desayuno incluido, en este pueblo vivió el gran KILIAN JORNET.
  • Donde cenar: Hostal la Muntanya, en el propio Castellar. Tienen un menú que no han modificado desde que lo crearon sus abuelos, fundadores del hostal. Calidad, cariño y cantidad perfectos para afrontar una Ultra. 
  • Que visitar: El nacimiento del río Llobregat. Es un rincón muy bello donde poder disfrutar de la naturaleza




jueves, 6 de septiembre de 2018

CineRunner: DÉJAME VIVIR



Título Original: Deixa'm viure
País: España
Año: 2014
Dirección: Sébastien Montaz-Rosset
Guión: Sébastien Montaz-Rosset, Katie Moore 
Música: Zkali 
Fotografía: Sébastien Montaz-Rosset 
Intérpretes: Kilian JornetBruno BrunodMatteo JacquemoudEmelie Forsberg
Duración: 62 min. 


GÉNERO: Documental. Alpinismo. Naturaleza.

SINOPSIS: Es el segundo proyecto de "Summits of my life" de Kilian Jornet que consiste en esquiar y correr por los montes más legendarios del planeta. En éste intentar conquistar las cumbres del MontBlanc, Cervino y Elbrús. Comparte el sufrimiento,las frustraciones y la alegría de Kilian y su grupo de amigos, que decidieron, como otros lo habían hecho antes, vivir la vida de otra manera.


LO MEJOR: Las imágenes, sin duda,son el punto fuerte de este documental. Ver como desciende Killian el monte del Cervino es pura magia. Al verlo, me recuerdo a mi mismo en cualquier carrera, todas las penurias que paso en los descensos y ver con la facilidad que lo hace él, provoca una admiración máxima.

Su compañero de fatigas, Bruno Brunod, tiene un carisma especial. Enseguida le cogerás cariño.

La forma de grabar de Sébastian Montaz-Rosset también merece una mención especial. Crea un aura muy bonita, en especial los primeros planos.


LO PEOR: No veo nada malo que recalcar. Por poner un pero, es que es demasiado corto. Se me ha pasado volando su visionado.



RESUMIENDO: Precioso documental que supera el primer proyecto. Las imágenes te atrapan desde el primer momento hasta los créditos finales. Hará las delicias de cualquier corredor de montaña.





miércoles, 18 de julio de 2018

EHUNMILAK (168 km 11000 D+)

Todo corredor tiene una fecha clave en el calendario. Aquella que da sentido a todo lo hecho anteriormente. Sobre este día gira la preparación y has de llegar en el mejor estado de forma posible. Para mi esa fecha tiene un nombre, un nombre en mayúsculas: EHUNMILAK (168 km 11000 D+).

El año pasado participé por primera vez pero no pude finalizar debido a un problema con el calzado. Estuvo lloviendo toda la primera noche y al llevar mojados tantas horas los pies, literalmente se me cocieron. En Lizarrusti (118 km), pese a los intentos de la Cruz Roja de curarme, tuve que poner punto y final a la aventura.
Fue la primera vez que tuve que abandonar en una carrera. Lo que más me dolía es que estaba en un estado de forma increíble, de cuerpo me sentía genial. Por esta razón, en cuanto la organización me cortó la pulsera de seguimiento, ya estaba pensando en participar en 2018.

Un año después me plantaba en Beasain incluso mejor físicamente. Llevaba un año con nutricionista, fisioterapia y en Ultras como Penyagolosa Trails o Nafarroa Xtreme había cumplido con buena nota. Todo hacia indicar que esta vez lo iba a conseguir. Además, había preparado a conciencia la planificación del cuidado del calzado para no volver a caer en el mismo error.

Para esta edición, representando a ANDANDAEH estábamos Marcos y un servidor. Las horas previas de la carrera, preparando el material y en la "pasta party", mi compañero estaba muy negativo. Tenía miedo de la parte final y no hacia más que resoplar. Errónea manera de afrontar una carrera de cien millas. Yo por mi parte, estaba muy mentalizado. Con ganas de comerme el mundo.

Antes de la aventura

Antes de dar el pistoletazo de salida, la organización nos informó de que todo el recorrido estaba en alerta por tormentas eléctricas. Teníamos que parar cuidado y apelar al sentido común ante cualquier imprevisto. Nos dieron una serie de pautas y empezamos la carrera. La verdad que no es nada halagüeño comenzar así pero no había marcha atrás.

Como el año pasado, la salida, que se hace a las 18:00, fue rapidísima y entre una multitud de gente. No parecía que nos quedaban 168 kilómetros para finalizar. Yo, como siempre, me dejé llevar por el entusiasmo inicial. ¿Lógica? Ninguna. ¿Estrategia? Algo. Mi idea era apretar las 4 horas de sol que teníamos por delante porque sabía que luego por la noche, inevitablemente, iba a bajar el ritmo. 

La primera subida a Mandubia ya tienes 1000 D+, la mejor forma de activar las piernas. En este tramo me encontré con los hermanos Bailo, compañeros de Trail Running Zaragoza. Son unos referentes en nuestra provincia, siempre copan las primeras posiciones del podio. Me resultaba extraño verlos pero era la primera vez que se enfrentaban a una carrera así. Su estrategia era más conservadora. Querían ir a un ritmo constante por debajo de su nivel para afrontar la última parte con plenas garantías. Salvando las distancias, y mucho, ellos eran como Cristofer Clemente, corriendo de menos a más. En cambio, yo era Zach Miller, a fuego hasta reventar. ¿Ya sabéis cual fue su resultado en la Copa del Mundo no? El español acabo segundo y al americano le dio un "pajarón" en los kilómetros finales. Esperemos no acabar igual....

En Zumarraga (20 km) está el segundo avituallamiento. Te debes cruzar el pueblo entero, el cual, está lleno de gente. Es impresionante correr rodeado de tantas personas vitoreándote. Al salir de la localidad, entre el público estaba Silvia Trigueros, campeona del año pasado. Me gritó diciéndome que iba muy bien ,en tiempos de hacer 28 horas. Se que acabamos de empezar y es pronto para vaticinar nada, pero si son palabras dichas por ella, suenan a gloria bendita.

Los kilómetros iban pasando, mi cuerpo respondía perfectamente y para sorpresa, hacía un día espectacular. Sin rastro de tormentas. Al llegar a Gorlako Gaina (29 km) la noche se nos echaba encima. Era hora de sacar el frontal y concentrarse en medio de la nada. Me junté a un grupillo donde estaba Elena Calvillo, una corredora TOP. Sabía que si me pegaba a ella era apostar a caballo ganador. Además, llevaban un ritmo constante pero no muy exigente. Con este grupo llegamos a una zona que recuerdo con mucho cariño del año pasado. Es un caserío donde sus dueños han montado una mesa improvisada con bebidas y flan casero. Al grito de ¡Somos el avituallamiento pirata! repusimos fuerzas y seguimos.

Disfrutando del gran día...

En el avituallamiento de Madarixa (43 km) estaba esperando Hector para darnos ánimos. Siempre se agradece tener compañeros animándote. Son muchas horas y cualquier ayuda es vital. Al despedirme de él, empezó a hacer acto de presencia el "chirimiri" o "calabobos", esa fina lluvia que no cala pero atormenta. En este tipo de terrenos, en la zona del País Vasco, es normal. No le di importancia, incluso se agradecía para paliar un poco el calor que hacia. 

A partir de aquí todo empezó a cambiar. La lluvia empezaba a ser más intensa y a lo lejos se empezaban a ver los primeros relámpagos. Opté por ponerme la chaqueta impermeable, bajar el ritmo y subir la precaución. El grupo de Elena Calvillo se fue alejando y me quedé solo en la oscuridad. Era hora de tener mucho cuidado con el terreno donde pisas. Apenas podías ver 3 metros en adelante. Me costaba mucho ir siguiendo la pista de las balizas. Pero repito, nada diferente al año anterior.

Al llegar a un refugio donde siempre están un grupo de amigos montando un autentico fiestón, nos dieron agua (También ofrecían pacharán pero no lo vi aconsejable) y nos informaron que habían neutralizado la carrera en Azpeitia debido al temporal. Fue una noticia muy dura pero agarrándonos al positivismo, era una manera de dar alcance a los primeros.

La bajada hasta la localidad citada es muy peligrosa. Es una antigua calzada romana llena de piedras resbaladizas. Con la lluvia que estaba cayendo, la poca visibilidad y lo resbaladizo del terreno, había que ir muy despacio. Sin duda, es la peor parte de todo el recorrido. Cuando conseguí acabar el agónico descenso, me esperaba la peor de las noticias: CARRERA SUSPENDIDA.

No podía ser, toda la ilusión desvanecida en un instante. Tantos meses de preparación y espera que se ven truncados otra vez, en esta ocasión por la climatología. Ante todo es la SEGURIDAD de los corredores y voluntarios que se encuentran en el monte pero eso no quita que te invada una tristeza tremenda. Segundo año consecutivo que se me resiste. ¿Será un gafe o casualidad? No queda otra que resignarse y acatar las ordenes de la organización que actuó de forma impecable. Esperemos que a la tercera vaya la vencida.

De esta manera brusca pongo punto y final a la primera parte de la temporada. Ahora toca descansar y disfrutar del verano. Es hora de empezar con mi segunda afición: Los festivales. Cambiaremos las zapatillas de correr por las chancletas de playa y el isotónico por la cerveza. Como me decían mis profesores: ¡Nos vemos en septiembre!

                                 BANDA SONORA DE LA CARRERA